200 años de la revuelta del campo
La batalla de A Coruña abre la conmemoración de los 6 meses de ocupación francesa
Al margen de exhibiciones de soldaditos de plomo, recreaciones bélicas con uniformes de época y ofrendas florales amenizadas por cañonazos, la conmemoración de los 200 años de la batalla de Elviña para los coruñeses -de Corunna en versión británica y La Corogne para los franceses-, es en realidad el arranque de seis meses de ocupación napoleónica en Galicia que fue abortada por el pueblo.
A diferencia del resto de España, ocupada durante seis años, es el levantamiento en masa de los campesinos, arengados por nobles y curas que veían en los franceses unos peligrosos ateos que iban a poner fin a sus privilegios y dominio social, el que acabó por expulsar de Galicia, con tácticas guerrilleras y poca ayuda militar, a los dos ejércitos de 60.000 hombres de Napoleón.
A las milicias les llamaban el ejército de la izquierda en Galicia
Los tataranietos de un inglés que estuvo en la batalla se suman a los actos
Hasta mañana, las autoridades de Galicia, Francia y Reino Unido se unieron para celebrar actos diversos de homenaje a los caídos en la batalla de Elviña, el 16 de enero de 1809. No fue en realidad un enfrentamiento bélico, sino el colofón de la penosa retirada de los ingleses para huir por mar desde A Coruña.
Pero tanto ingleses, que perdieron en A Coruña a su jefe de filas, el general John Moore, enterrado con todos los honores en el corazón de A Coruña (el jardín de San Carlos), como los franceses, dirigidos por el mariscal Soult, reivindican como victoria propia aquella jornada histórica. "A Coruña se rindió a los invasores, pero ayudó a los ingleses a escapar y ahora, como estamos en Europa, nos juntamos los tres países para recordar a los caídos", destaca el presidente de la asociación cultural The Royal Green Jackets, Manuel Arenas.
Un pequeño pero activo colectivo que recrea cada año, con un millar de figurantes vestidos con uniformes del siglo XIX, aquel enfrentamiento a las puertas de A Coruña, en Elviña donde ahora se asienta el campus universitario.
Pero esta "semana grande" del bicentenario es el pistoletazo de las conmemoraciones que durante seis meses se sucederán para recordar la ocupación francesa en Galicia. Y hacer memoria de una de las grandes revueltas del campo gallego. Frente al inmovilismo de la burguesía asentada en las ciudades ocupadas, los paisanos se levantaron contra las tropas de Napoleón, hartos de los saqueos y robos de lo poco que les quedaba tras pagar las cuotas obligatorias a señores y curas.
En marzo, se cumplen 200 años de la denominada reconquista de Vigo, encabezada por el capitán Cachamuiña y el marinero Caloro, entre otros. Y poco después de la batalla del puente de Sampaio en la ría de Pontevedra. Pero también hay múltiples episodios históricos de relevancia ocurridos en las provincias de Ourense y Lugo, donde los campesinos también se unieron y plantaron cara a los franceses con tácticas ajenas a los militares.
"Por los lugares donde se decía que iban a pasar los franceses se producía la correspondiente alarma -bases de la guerrilla en las aldeas- que reunía a todos los vecinos de los lugares próximos para detener el movimiento francés plántandoles cara de frente, no haciendo emboscadas", explica Juan Manuel Osuna Rey en su libro sobre la Guerra de la Independencia en Galicia.
A las milicias gallegas, "le llamaban el ejército de la izquierda de Galicia", destaca Arenas. Admite que es un tramo relevante de la historia poco conocido. Salvo la multitudinaria recreación de la batalla de Elviña, celebrada cada mes de agosto por razones turísticas y climatológicas, o los actos de la reconquista en Vigo, no acude mucho público a este tipo de conmemoraciones. Además de ofrendas florales ante la tumba de Moore o de otros fallecidos en A Coruña, hoy también se abre una ruta turística señalizada en Elviña con todos los detalles de aquella batalla "que no lo fue", recuerda Arenas.
Hasta A Coruña, haciendo el camino de Santiago a pie, llegaron para este bicentenario dos ingleses, vestidos con uniformes de la época con el fin de seguir los pasos del tatarabuelo de uno de ellos que participó en A Coruña en aquella evacuación por mar del Ejército británico. Y la capital provincial es también estos días puntos de encuentro de asociaciones napoleónicas venidas de todos los puntos de España.
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