De Nanín a Boluda
Mariano Rodríguez de Barutell, alias Nanín, peinado como Bola de Dragón, con mucho gel, bien montado sobre sus puntiagudos zapatos italianos de grandes tacones, como disimulando una estatura que no pasa del metro setenta, parecía siempre presa de un estado de inestable entusiasmo. Durante los dos años y medio que duró la presidencia de Ramón Calderón, este joven de 25 años se convirtió en una especie de factótum. Lo mismo aparecía en un juzgado rodeado de una muchedumbre que organizaba fiestas en el palco del estadio Bernabéu, se mezclaba entre los jugadores como si fuera más importante que el entrenador o colaba a ocho amigos en la asamblea de socios compromisarios para que votaran de forma ilegal. Los directivos, incluyendo a Calderón, le observaban con cierta condescendencia. Nadie imaginó que por obra de Nanín la crisis se engordaría hasta obligar a Teresa, su esposa, a someter a Calderón a un ultimátum durante la madrugada de ayer: "O el club o yo".
El naviero se hace cargo del club tras la crisis provocada por un joven empleado
Los derroteros que sigue el Madrid desde hace una década son tan extraños que el nuevo presidente, Vicente Boluda, hasta ahora vicepresidente, debe su cargo a las picardías de un joven atrabiliario.
Si de Nanín los directivos del club opinan que es "un amoral", de Boluda no saben qué decir. "Nadie conoce a Boluda", afirman, "porque es un hombre de una gran discreción".
Del nuevo presidente circula un currículum de tres páginas en el que se suceden títulos derivados de una licenciatura en Derecho. Nació en Valencia en 1955 y lleva treinta años especializándose en Derecho Marítimo. Tiene buenas razones. Boluda es el presidente y el accionista mayoritario de la Corporación Marítima Boluda, empresa que opera desde el siglo XIX; propietaria de 340 barcos, entre remolcadores, cargueros y tanques, y con una plantilla que alcanza las 3.900 personas. Fue presidente de la Asociación Nacional de Armadores y Remolcadores y también presidió el Grupo Aguas de Valencia.
La severidad de Boluda, hombre corpulento que mira al horizonte con el ceño fruncido, contrasta con la ligereza de Nanín. El pequeño servidor de la directiva entró al club de la mano de Alfonso Carrascosa, presidente de Legálitas, y se encargó del área social junto con Luis Bárcenas. No se le conocen más ocupaciones. De su currículum se sabe menos que de sus vínculos parentales. Nanín es hijo de Mariano Rodríguez, teniente coronel de la Guardia Civil que estuvo a cargo del aeropuerto de Barajas antes de asentarse en Venezuela, donde trabaja para Telefónica.
La destitución de Nanín por pervertir la composición de la asamblea y el nombramiento de Boluda marcan un punto de inflexión en el Madrid, que ahora se queda en manos de una junta gestora. Boluda expresó que asume el cargo con menos placer que sentido del deber: "Lo asumo porque creo necesario hacer un ejercicio de responsabilidad. Lo hago porque una institución como ésta no puede permitirse tener un vacío de poder".
No será por mucho tiempo. El propio Boluda anunció, nada más recoger el testigo de Calderón, que su misión se limita a llevar la nave a buen puerto. Esto es, a la convocatoria de elecciones en junio.
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