Una crítica mirada al pasado

Hubo un tiempo en el que el boxeo compartía honores con el fútbol como deporte rey en España. Eran los años del desarrollismo franquista, cuando el régimen utilizó el boxeo como medio de promoción exterior de su España. Eran los días de Pepe Legrá, Pedro Carrasco, Urtain o Dum Dum Pacheco, gladiadores con los que se distraían los niños ricos. Pan y circo para un país hambriento de héroes. Uno de estos malogrados héroes fue Urtain, que tocó la gloria y descendió a los infiernos en 20 años. José Manuel Ibar Azpiazu (1943, Guipúzcoa) nació en el caserío Urtain de Arrona, del que tomaría su nombre deportivo y con el que se convertiría en una estrella del boxeo al proclamarse campeón de Europa de los pesos pesados en 1970. Murió solo un 21 de julio de 1992, tirándose desde la terraza de su domicilio en Madrid.

Su figura y el deporte que practicaba han servido a la compañía Animalario para describir los vicios y las manipulaciones de una sociedad, la franquista. De hecho, la idea de recrear la vida de Urtain surgió como guión cinematográfico, pero se convirtió en una obra teatral. Dividido en diez asaltos y escenificado como una recapitulación de la vida del boxeador a partir de su suicidio en 1992, unos días antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona, el montaje refleja toda la miseria moral de un régimen corrupto y manipulador.

Con él, en escena, Pedro Carrasco, Rocío Jurado, Franco, Paco Martínez Soria, Adolfo Suárez, Raphael, Manuel Alcántara y sus dos esposas, entro otros personajes de la época. "En 2000 empecé a escribir por encargo un guión para el cine... Lo sabía todo sobre Urtain, y el caso es que su historia no podía ser meramente la de un juguete roto que culmina con un salto mortal al vacío. Decidí empezar por el final, conocido por todos, y caminar hacia el origen, envuelto en las tinieblas atávicas de la España profunda", explica Juan Cavestany, autor de la obra que dirige Andrés Lima y protagonizan Roberto Álamo, Alberto San Juan, Luis Bermejo, Luis Callejo, Raúl Arévalo, María Morales, Estefanía de los Santos y Luz Valdenebro.