¡Qué lástima!

Hay ocasiones en que las cosas quedan tan claras que sobran los comentarios. Durante los últimos meses hemos escuchado cómo, desde distintos ámbitos, las mentes bien pensantes se deshacían en elogios sobre la importancia de la educación y cómo debemos apoyar a los educadores.

Una extraordinaria serie didáctica de animación, que debería haber nacido para ayudar a la educación de los más pequeños, que debería ser un complemento a esa "labor impagable" de educadores y familias, se anuncia en televisión poniendo una clase que se duerme con las explicaciones de su profesora de historia. Sus libros y DVD no son un complemento, no, son un sustitutivo. Ellos sí saben educar, no como en las escuelas, ¡no hay ni punto de comparación! Frente al anuncio nadie protesta, claro. Sigamos, sigamos valorando la escuela y quedando bien en las fotografías... Mientras tanto, a pesar de los pesares, y contra viento y marea, los que nos dedicamos a esta maravillosa profesión de educar y educarnos seguimos acudiendo a nuestras aulas, no para dormir a nadie, sino para ayudarles a crecer como personas.