Urkullu dice que el juicio a Ibarretxe busca "cuestionar" el Ejecutivo vasco

El juicio iniciado el pasado jueves en el Tribunal Superior de Justicia vasco por las reuniones con Batasuna durante la tregua de ETA en 2006 sigue marcando la agenda política. PNV y PSE, los dos partidos con más posibilidades de ganar los comicios vascos de marzo y que tienen a sus candidatos a lehendakari sentados en el banquillo de los acusados, volvieron a polemizar ayer con el citado proceso penal como telón de fondo. El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, recordó que "todos los gobiernos" han hablado con ETA y "todos los partidos hemos" hablado con HB o Batasuna. Y que de lo que se trataría con el proceso contra Juan José Ibarretxe por sus encuentros con la ilegalizada Batasuna es "cuestionar el poder ejecutivo vasco".

Para el máximo dirigente del PNV, el transfondo o "pecado original" de este juicio no es otro que la Ley de Partidos, "una ley interesada e injusta" con la que se promovió ante los tribunales la ilegalización de Batasuna.

"Nos consta que en ocasiones se ha hecho de forma secreta así como de forma discreta como es lógico en la vida diaria y lo ha hecho el PNV. Y ahora se juzga al lehendakari. Se pretende, una vez más, cuestionar el poder ejecutivo vasco. Pero han de saber que este es el poder que emana directamente del pueblo representado en el Parlamento y que este es, por lo tanto, el poder que el pueblo ha otorgado al lehendakari. Y el lehendakari, como es su obligación, hace uso de ello", aseguró.

Bandera electoral

Por su parte, Patxi López arremetió con dureza contra la estrategia del lehendakari Ibarretxe, y valoró que, al solicitar que no se suspenda la vista oral, "intenta utilizar" el juicio como una bandera electoral y no como defensa de las reuniones para buscar la paz. Y calificó de "impresentable" la petición de Ibarretxe a que la justicia realice un "posicionamiento político" sobre el diálogo. La víspera, el lehendakari había exigido al tribunal que le juzga, junto a dos dirigentes del PSE y cinco de la ilegalizada Batasuna, que resolviera en su sentencia que "el diálogo no es delito", sino que es "la única solución que tenemos para salir adelante". En un encuentro con 400 cargos públicos e internos del PSE, López atacó sin miramientos a su principal contrincante y reclamó el voto "por el cambio".