Camps-Alarte: Diálogo de sordos

Más de 300.000 valencianos están en el paro. El índice de desempleo ha crecido 17 puntos por encima de la media española y los datos del mes de diciembre que se conocerán hoy se esperan especialmente desalentadores. Pero en el encuentro que mantuvieron ayer el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, la crisis económica no fue el eje central de la conversación, pese a que la gravedad de la situación lo exigiera.

La financiación autonómica consumió más tiempo que la crisis que, en opinión del PSPV, "no existió" en la entrevista. Desde Presidencia de la Generalitat se reconoce que la situación económica no fue el tema central y prefieren subrayar el giro que han dado los socialistas en temas como el agua o la financiación.

La realidad es que la reunión discurrió sobre dos líneas paralelas, convirtiéndose en un auténtico diálogo de sordos. Alarte empeñado en poner en primer plano la crisis económica y Camps anteponiendo la financiación autonómica y la exigencia de los trasvases. El resultado final, según el PSPV, es que no hubo diálogo, mientras que desde el Consell preferían hablar del clima de tranquilidad con que discurrió el largo encuentro, de cerca de dos horas.

Presidencia de la Generalitat intentó diluir la importancia del encuentro situándolo en un marco global de diálogo que Camps mantendrá con Mònica Oltra, de Iniciativa, y con Ricardo Costa, secretario general del PP. Este ninguneo fue ayer evidente. En la reunión del Comité Ejecutivo Regional de los populares ni tan siquiera se trató la reunión celebrada en el Palau de la Generalitat por la mañana. Una portavoz del Gobierno valenciano se limitó a señalar su sorpresa por el tono que exhibió Alarte en la rueda de prensa posterior a su encuentro con Camps: "Ha estado muy agresivo para lo tranquila que ha sido la reunión". Sin embargo, el presidente no pudo evitar su malestar cuando la reunión concluyó sin que Alarte planteara la renovación del Síndic de Greuges. Camps acusó a los socialistas de incumplir un acuerdo firmado.

Pero el PSPV quería centrar el debate en la crisis económica, no en el Síndic. Sus portavoces fueron duros: "Camps está endiosado, fue a la reunión con las manos vacías, no tiene ningún proyecto que no esté en el presupuesto ordinario".

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