Aouate, de problema a solución de lujo
Tras su polémico paso por el Deportivo, el meta israelí refuerza por 800.000 euros a un Mallorca endeudado y hundido en la Liga
El 11 de enero de 2008, Dudú Aouate (Israel, 1977) se estaba cambiando en el vestuario de la ciudad deportiva de Abegondo (A Coruña) cuando su rival por la titularidad en la portería del Deportivo, el uruguayo Gustavo Munúa, se le acercó desafiante y le propinó un derechazo en el ojo tras cruzar reproches. "Munúa me preguntó 'qué mirás' y me soltó un puñetazo", dijo luego Aouate con ocho puntos de sutura bajo la ceja izquierda. Días antes, Aouate se había quejado públicamente de la decisión de Miguel Ángel Lotina de relegarlo al banquillo. Tras el incidente, el entrenador apartó a los dos porteros de la plantilla y, al comienzo de la nueva temporada, les avisó de que se buscaran equipo.
Hace casi un año de aquella pelea y las cosas han cambiado mucho para Aouate, que anoche se acostó en su habitación del NH Podium de Barcelona con una duda entre ceja y ceja: saber si debutará hoy en el Camp Nou (20:00 horas, La Sexta y autonómicas) como nuevo guardameta del Mallorca.
El jugador fue presentado el martes de esta semana como primer refuerzo invernal del club balear, inmerso en un largo período de turbulencias desde que su máximo accionista, Vicenç Grande, se declarara en bancarrota el pasado mes de junio. Joaquín García, presidente interino hasta el 29 de enero, heredó la gestión con una deuda superior a los 50 millones de euros, lo que no impidió al consejo de administración firmar la compra de Aouate por 800.000 euros. El meta iba a quedar libre en junio y el Deportivo no desaprovechó la oferta.
El puesto de portero, por naturaleza necesitado de estabilidad, está siendo un auténtico quebradero de cabeza para Gregorio Manzano esta temporada. Durante el verano, el técnico batalló para retener en la isla a Miquel Àngel Moyà, pretendido por el Valencia. Lo consiguió, pero el canterano cayó lesionado en la jornada nueve. Desde entonces, la responsabilidad de defender los palos recayó en el argentino Germán Lux. Instalado en la suplencia desde su llegada en 2007, Lux nunca ha acabado de convencer ni al cuerpo técnico ni a la afición. Tampoco lo ha conseguido en esta ocasión: en siete jornadas, ha encajado 17 goles. El equipo es decimoséptimo, a un punto del descenso. Y llega ahora Aouate, un futbolista precedido por la polémica. De momento, en su único entrenamiento con el Mallorca, no cruzó ni una palabra con Lux. "Cuanta más competencia, mejor", asegura el israelí.
Así, con un interrogante en la portería, el Mallorca aterriza ante la máquina goleadora más eficaz. Manzano no habla de superioridad a secas, sino de "mucha superioridad", pero se guarda en la manga un recuerdo. Es el último entrenador que ha conocido la victoria en el Camp Nou en partido de Liga. Aquella tarde, en la jornada 37 del pasado curso, Frank Rijkaard se despidió amargamente del público culé con una derrota (2-3) en el último minuto frente al Mallorca.
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