Escepticismo ante el Santa Mónica
El sector del arte debate el programa para el renovado centro que dirige Altaió
Tras las polémicas que han marcado la reorientación del Centro de Arte Santa Mónica (CASM), el sector ha recibido con cierto escepticismo el programa presentado por el nuevo director del CASM, Vicenç Altaió, que reúne a creadores en su mayoría consagrados (Tom Carr, Quim Monzó, Alfredo Jaar, Carles Santos, Eugènia Balcells y Mireia Sentís, entre otros) alrededor de los tres ejes temáticos fundacionales: arte, ciencia y comunicación.
"Es un programa institucional y endogámico con algunas propuestas muy taquilleras que multiplicarán los visitantes, un proyecto que no tiene nada que ver con el arte contemporáneo y que pone de manifiesto la necesidad de crear cuanto antes el nuevo centro de arte", afirma Gloria Picazo, directora de La Panera de Lleida. Picazo alude al nuevo equipamiento que, para acallar las críticas, el consejero Tresserras propuso ubicar en el edificio Imagina, del 22@. Esta sede no satisface a las seis asociaciones del sector que, en un comunicado, pidieron visitar el edificio y también el canódromo, ofrecido por el Ayuntamiento. Estas asociaciones (entre las que figuran la de Artistas Visuales de Cataluña y la de Directores de Arte Contemporáneo de España) señalan que "según la ley del Consejo de las Artes, al ser un cargo de confianza, la dirección del Santa Mónica cesará cuando cese el político que la nombró".
"Creíamos que Altaió haría un programa más sensible tras el debate. Todos los artistas son de su generación, representantes del formalismo más rampante o del espectáculo vacío. Es un paso más en la conversión de la cultura al servicio de una élite ilustrada y autorreferencial", lamenta Jorge Luis Marzo, de la plataforma Cultura de Base, que se significó por su oposición a la "arbitraria" reorientación del CASM.
Otras voces son menos críticas. Así, convencido de que "la práctica de las artes de nuestro tiempo es por esencia multidisciplinar", el director del MACBA, Bartomeu Marí, asegura que seguirá "con mucho interés la materialización del programa como una aportación muy importante y cualitativa al ámbito artístico".
La nueva responsable de proyectos de la Fundación Tàpies, Laurence Rassel, experta en nuevos medios y prácticas artísticas emergentes, apunta que "más allá del programa, lo interesante son las preguntas que plantea, como ¿qué significa la interdisciplina más allá de un encuentro entre autores de distintas disciplinas? Todo arte y toda cultura es por definición interdisciplinaria si tiene un compromiso social y político con su contemporaneidad. De momento, lo que hay es una lista de eventos. Será apasionante seguir los debates generados por el nuevo CASM".
En cuanto a la voluntad de colaborar con otras entidades, Josep Ramoneda, director del CCCB, declina valorar la programación, si bien muestra su disponibilidad a "trabajar en red o colaborar en algún proyecto si se presenta la ocasión". El nuevo Santa Mónica, que algunos definen como "el CCCB de Esquerra", acogerá una exposición de arquitectura de Martí Peran, que se anuncia muy similar a la que presentó en el CCCB hace unos meses.
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