"Quise dimitir en abril y me dijeron que esperase a que pensaran algo"

Tato Cabal, 52 años, 30 en la gestión cultural y todavía (hasta el 31 de diciembre) director gerente del Teatro Circo Price (TCP), revela en esta entrevista los pormenores y los previos, ocultados desde la Concejalía de Las Artes que dirige Alicia Moreno, de una turbia destitución conocida hace 20 días y unida a la del director artístico, Monti (Joan Montanyès).

Pregunta. Hace dos años comenzó su andadura al frente del TCP. Han pasado muchas cosas desde entonces...

Respuesta. Dirigir el proyecto desde la nada ha sido una experiencia intensa y emocionante que me ha enamorado de este mundo. No había precedente de otros circos públicos y teníamos que conseguir hacer circo todo el año, en una ciudad donde sólo era tradicional en Navidad.

"Presenté un informe en el que concluía que Monti no estaba a la altura de su cargo"

P. Pero ahora llega su destitución y la de Monti. Dicen en Las Artes que es porque se les contrató sólo para la primera fase, de arranque, pero desde fuera parece que la bicefalia no funcionó.

R. En primer lugar, quiero aclararle que a mí se me encomendó literalmente "la buena marcha general de Price" y mi contrato es de director gerente con las máximas y generales responsabilidades. A Monti se le contrató como coordinador de actividades circenses, para programar los contenidos de circo.

P. ¿No es director artístico?

R. Eso fue después. Con la renovación de su contrato, en diciembre de 2007, solicitó un cambio de título en su cargo y la revisión de sus condiciones, incluido el sueldo. Pero las funciones se quedaron igual.

P. ¿Fue un premio a su labor, pese a las amenazas dedicadas a sus propios trabajadores?

R. Eso pregúnteselo a quien corresponda.

P. Pero se ha conocido que Monti tuvo algún incidente con los trabajadores.

R. Los ha tenido, y querer ocultarlo es como intentar tapar el sol con una mano. Pero hay que ser prudentes: sufre un proceso patológico de la conducta, estuvo de baja desde junio hasta diciembre.

P. ¿Qué balance hace de estos dos años de gestión en el Price?

R. Diecisiete espectáculos de circo, 70 eventos, exposiciones, actividades escolares... y 300.000 espectadores. Es el trabajo de un equipo profesional y entregado.

P. ¿Cuándo habla del equipo incluye a Monti?

R. Por supuesto que sí, pero él se situó desde el principio en una posición muy particular.

P. Si se trata de un cambio de etapa, ¿por qué no cuentan con usted en la que viene?

R. La cuestión es si la dirección cambia porque cambia la etapa o si es un cambio de etapa porque cambia la dirección. A mí nunca se me habló de eso y, que yo sepa, no había un plan por etapas. Es un recurso político para decir todo sin decir nada. Lo mío es un cargo de libre designación y no tengo nada que objetar a mi destitución. Mi único malestar es por las formas. Presenté mi dimisión en mayo y me dijeron que esperase hasta que pensaran algo.

P. ¿Por qué quiso dimitir?

R. Un mes antes del estreno de Rocinante, tras meses de trabajo, Monti quiso cancelar la producción y envió un escrito arriba alegando mi empecinamiento contra sus decisiones. Tuve que presentar un informe, a solicitud de mis jefes, en el que concluía que, a mi juicio, Monti no estaba a la altura de su cargo. Y presenté la dimisión porque no me sentí apoyado. En octubre, cuando todo el mundo sabía que mi intención de prorrogar con Monti era nula, se lo planteé a Alicia Moreno y me dijo que contaba conmigo. El 20 de noviembre me anuncia su decisión de no prorrogarnos a ninguno de los dos. Mi error fue no irme cuando presenté la dimisión.