El Barça barre al Madrid
Sada y Andersen, colosales, propulsan a su equipo ante un rival limitado a Felipe Reyes
El Regal Barcelona ventiló el clásico como un ciclón, sin dar la menor oportunidad a un Madrid que llegó fundido al tercer cuarto y desnaturalizó el habitual dramatismo de la contienda. La exhibición de los azulgrana, que enlazaron su octavo triunfo consecutivo, se fraguó en un juego colectivo propulsado por su base, Sada, y por uno de sus pívots, Andersen, máximo anotador del partido con 22 puntos. Enfermo Lakovic y poco acoplado Barrett, Sada se convirtió en el punto de referencia. Movió a su equipo con un enorme despliegue físico y un recital de pases con tiralíneas y asistencias al son que le convino, casi siempre más rápido que un Madrid tirando a paquidérmico.
Joan Plaza sorprendió con un quinteto comandado por Sánchez y en el que incluyó a Tomas y Massey. El Madrid jugó muy abierto, con bloqueos muy lejos del aro. Enlazó cuatro triples consecutivos y abrió una brecha de seis puntos (12-18). Xavier Pascual reaccionó poniendo en la pista a Basile y ordenando presionar más arriba y con más agresividad a la primera línea de su equipo, en la que estuvo Sada como base titular. El Barça rompió así la estrategia del Madrid, al que le costó afinar su juego exterior. Además, el equipo azulgrana logró robar balones y conseguir algunas canastas fáciles al contraataque.
REGAL BARCELONA 87 - REAL MADRID 67
Regal Barcelona: Sada (5), Navarro (16), Ilyasova (11), Barton (6) y Santiago (4)-equipo inicial-; Basile (8), Barrett (0), Andersen (22), Vázquez (7) y Grimau (8).
Real Madrid: Sánchez (2), Tomas (6), Mumbrú (15), Massey (6) y Reyes (20) -equipo inicial-; López (2), Bullock (7), Hervelle (9), Llull (0) y Hosley (0).
Árbitros: Hierrezuelo, Conde y Cortés. Excluyeron por personales a Santiago (m. 34).
Unos 7.500 espectadores en el Palau Blaugrana.
La recuperación de Vázquez, una excelente noticia para los azulgrana
El partido empezó a decantarse a medida que Vázquez y Andersen imponían su ley bajo los aros en un enfrentamiento muy desigual con Hervelle y Hosley. El ataque del Madrid naufragó en el segundo cuarto. Sólo sumó tres puntos en siete minutos y el Barça dio el primer tirón (32-24).
El Madrid constató un dato demoledor para un equipo concebido para ser grande: cuando Felipe Reyes está en el banquillo, su producción ofensiva languidece hasta la agonía. No es de extrañar que el club madridista esté a punto de cerrar el fichaje de otro pívot, Van den Spiegel. Hosley no responde, Massey lo consigue a duras penas y sin continuidad y a Hervelle le faltan centímetros para complementar a Reyes. Ni su inicial racha de triples, ni la consistencia de Reyes, ni su poderío en el rebote ofensivo, ni la defensa en zona impuesta por Plaza cuando empezaba a naufragar, salvaron de la tunda a un Madrid en el que sus bases tampoco funcionaron.
Las rotaciones interiores del Barça, en cambio, le dotan de un poder demoledor. Vázquez está descubriendo poco a poco la senda de continuidad e inteligencia que, por fin, le permite explotar sin estridencias, pero de manera demoledora, su tremendo potencial, peligroso en el tiro, intimidante en la defensa, capaz de poner gorros, lograr mates, otra vez en la línea de juego que en su día animó a los Magic de Orlando a elegirle en el draft de la NBA. La compañía de Santiago, Andersen e Ilyasova le han descargado de un exceso de responsabilidad y han reanimado sus constantes de juego.
La recuperación de Vázquez es una excelente noticia para el Barça, un equipo que está logrando lo que se echaba de menos hace mucho tiempo: un juego intenso, presionante, veloz, demoledor para cualquiera que se le ponga enfrente, sea el Panathinaikos, sea el Montepaschi o sea el Madrid. Una de las diferencias respecto al Madrid es que, mientras éste se hunde cuando Reyes no está en la cancha, el Barça apenas baja el pistón cuando Navarro descansa en el banquillo. El poder anotador del escolta internacional puede ser suplido por varios jugadores, como Andersen, que, con sus tiros desde la media distancia, destrozó la defensa del Madrid.
El Barça fundió al Madrid en otra demostración de que está cerca del trono europeo.
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