El delantero fantasma

El Real Madrid ha decidido invertir casi medio millón de euros en reforzar su cantera con un delantero que ha marcado tres goles en cuatro años y que esta temporada sólo ha disputado 22 minutos con el Cádiz, de la Segunda B. Su nombre: Javier Acuña. Edad: 20 años. Historial: el de un "esclavo" convertido en delantero centro.

Acuña, paraguayo con pasaporte español, fichó por el Cádiz con 16 años. Había sido el pichichi del Suramericano sub 17. El club andaluz descubrió a un superviviente. Acuña, dijeron en el equipo, venía de ser "explotado" por el Olimpia de Asunción, donde "estaba sometido a una nueva forma de esclavitud, sin cobrar". La FIFA prohibió que jugara durante un año y medio, al ser menor de edad y extracomunitario. La situación le dejó clínicamente "deprimido", según su psicólogo. Ahora llega al Madrid acompañado por el prestigio adquirido con dos goles para el Cádiz; por su paso por el Salamanca, donde marcó otro tanto y se lesionó mientras estaba cedido; y por la insatisfacción de llevar casi un mes sin ser convocado porque "los problemas internos del Madrid, con la salida de Michel y el cambio de entrenador" pospusieron la operación. Carlos Bucero, adjunto al director deportivo, ha sido siempre el interlocutor del Cádiz en el Madrid, según fuentes del club andaluz.

La FIFA le prohibió jugar un año y medio, por ser menor de edad y extracomunitario

"Tiene un físico portentoso, pero sin base técnica", dicen en el Cádiz

"A Javier le falta continuidad. Es un jugador con unas condiciones físicas portentosas, pero sin buena base técnica. Necesita jugar", afirma Alberto Benito, ex secretario técnico del Cádiz y responsable de su fichaje en febrero de 2005.

Entonces, ¿por qué se ha fijado en él el Madrid?

"Porque allí va a competir por el puesto contra chavales de su edad", contesta Benito; "y con otra presión. Pocos jugadores de su edad tienen su experiencia: ha disputado ya dos suramericanos sub 20, más de cuarenta partidos (44) en Segunda... y aunque no ha triunfado en el Cádiz ni acaba de explotar, tiene pasaporte español". "Es bueno, explosivo y con cualidades", abundan desde los despachos del Cádiz. "Técnicamente tendría que mejorar un poquito, aunque cerca del área puede explotar su gran disparo con ambas piernas. No acaba de explotar ni de dar lo que tiene, que es mucho".

Otra circunstancia avala al paraguayo, según quienes le conocen bien. El chico llega al Madrid descrito por una metáfora y precedido por un parecido de hondo calado en el imaginario madridista. Dicen que es un jugador que vive colgado del aire. Y que se parece a Bam Bam Zamorano: un bajito de 173 centímetros rematando de cabeza como si fuera un gigante. El Madrid se compra para el Castilla "un nueve, nueve" a la búsqueda de pólvora.