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Reportaje:24 HORAS EN... HOLLYWOOD

Un 'lunch' al borde de la piscina

Tras disfrutar de las atracciones de Hollywood Boulevard, almuerzo en el hotel The Standard y un capuchino al estilo Lindsay Lohan. De noche, cócteles y desenfreno en los clubes de Sunset Boulevard

Xavi Sancho

Meca del cine transformada a mediados de los setenta en una de las zonas más peligrosas de Estados Unidos. En los ochenta, cuna del rock más decadente del planeta, y en los noventa, reciclada como atracción turística y campo de juegos de las nuevas estrellas del celuloide, Hollywood combina el encanto de lo añejo con la opulencia del nuevo rico.

8.00

En una ciudad tan obsesionada con la imagen, donde el único espejo del alma posible es un buen paquete de abdominales, nada mejor que iniciar el día haciendo jogging en Mulholland Drive - (1). Esta sinuosa carretera parte desde prácticamente Hollywood Boulevard para encaramarse por las colinas donde habitan actores de televisión y guionistas. Inmortalizada por David Lynch, Mulholland Drive rodea el Hollywood Bowl (2) (2301 N. Highland Avenue), un teatro al aire libre con 15.000 asientos y que acostumbra a acoger conciertos de grandes estrellas.

'Footing' estilo David Lynch

Hollywood Boulevard no es lo que era. Hace un par de décadas, el bulevar de los sueños rotos era un hervidero de yonquis, prostitutas, camellos, personas sin techo y cientos de jóvenes confundidos recién llegados de minúsculos pueblos del medio oeste. Hoy es bastante más seguro e higiénico, pero sigue manteniendo un raro encanto. No hay ninguna calle en el mundo como ésta. Una mezcla de irritante trampa para turistas, reverso del sueño americano, recuerdos de la era dorada de Hollywood e incluso pequeños, y en este contexto, agradecidos, rastros de glamour.

10.00

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Además del consabido Kodak Theater (3) (6801 Hollywood Boulevard), del paseo de la fama, del teatro Chino (4) (6925 Hollywood Boulevard) o incluso del Museo de los Récords Guinness (6764 Hollywood Boulevard), el Boulevard alberga Musso & Frank Grill (5) (6667 Hollywood Boulevard), el local más añejo de Hollywood. Aquí desayunaban Frank Sinatra o John Wayne. Aquí se gestaron grandes producciones de Hollywood.

Rastros de 'glamour'

A poco menos de tres manzanas se halla el Roosevelt Hotel (6) (7000 Hollywood Boulevard), donde dicen que aún vaga el fantasma de Marilyn entre sus aires art déco. Si tanta autenticidad llega a poner en peligro la experiencia kitsch que esperaba, no tiene más que comprar un mapa de las casas de las celebridades y subirse a uno de los Star Tours (45 minutos, entre 30 y 40 dólares) que parten del teatro Chino.

13.00

Sunset Boulevard es una avenida con mil caras. En su tránsito por Hollywood, Sunset se manifiesta como la calle del rock. Para empezar, nada mejor que pasar un buen rato en Amoeba Records (7) (6400 W Sunset Boulevard), la tienda independiente de música más grande del planeta, 15.000 metros cuadrados en los que se puede hallar prácticamente todo lo que se pueda imaginar. El local funciona también como guía musical de la ciudad (organiza tours por el legado rockero de Los Ángeles).

La calle del rock

Es mediodía en Hollywood y nada más alternativo que acercarse a Cat and Fiddle (6530 W Sunset Boulevard), el pub inglés con jardín preferido por los ejecutivos de la industria musical, por los rockeros locales y por expatriados británicos como Robbie Williams o Steve Jones, de los Sex Pistols. Y en el 8300 de West Sunset Boulevard se encuentra The Standard (8) (00 1323 650 90 90), el hotel en el que se alojan las chicas de Sexo en Nueva York cuando aterrizan en Los Ángeles en la serie. Anímese a tomar el lunch al borde de la piscina.

17.00

Comprar, comer ensaladas y conducir ebrias y sin ropa interior parecen los deportes preferidos por las jóvenes de West Hollywood. Los dos primeros se practican a la luz del día en el cuadrado mágico entre Santa Monica Boulevard, Melrose Avenue, North Robertson Boulevard y West 3rd St, una versión más desenfadada y lúdica del estirado y algo cansino Rodeo Drive. Las jóvenes recién decoradas y las estrellas venidas a menos se agolpan en la terraza de Il Buco (9) (107 North Robertson Boulevard), para ser inmortalizadas por confundidos paparazzi.

Los 'hobbies' de Paris y compañía

Otras pasan la tarde en el complejo de ocio y lujo Fred Segal (8100 Melrose Avenue), sorbiendo capuchinos de caramelo y comprando piezas de Michael Kors. El nuevo West Hollywood es hoy tal vez la mejor tienda del mundo. Alrededor de Melrose Place se halla el imperio Marc Jacobs, y un poco más al oeste, frente al espectacular edificio acristalado del Design Centre (10) (8687 Melrose Avenue), una suerte de feria de muestras y compras de arte y diseño contemporáneo que es visita obligada, se halla la cibernética tienda de Balenciaga (8670 Melrose Avenue).

La desintoxicación de tanto diente blanco y tarjeta de crédito se puede llevar a cabo en Snakepit (7174 Melrose Avenue), un verdadero bar de Los Ángeles, con rock and roll y recreativas vintage, o tomando uno de los perritos calientes de Pink's (11) (709 N. La Brea Ave), los mejores del planeta, como las colas que se forman en el puesto indican.

20.00

La zona de West Hollywood que precede la majestuosa llegada de Beverly Hills fue durante décadas la milla cuadrada con más clubes nocturnos del planeta. En apenas cinco manzanas de Sunset se encuentran clásicos como el Roxy (12) (9009 Sunset Boulevard), donde empezaron la mayoría de las bandas que conforman el mapa musical de la ciudad, adaptaciones del modelo rock angelino a las nuevas realidades del diseño como Key Club (13) (9039 Sunset Boulevard), o templos de infausto recuerdo como el Viper Room (8852 Sunset Boulevard), propiedad de Johnny Depp y a las puertas del cual falleció el actor River Phoenix.

La milla de los clubes

Para comer, Red Rock (8782 Sunset Boulevard) ofrece lo más cercano a una cafetería de barrio que se puede hallar en la zona y las porciones de nachos que podrían alimentar a una familia durante un par de semanas. Si se desea arrancar con una opción menos folk y más acorde con lo que se ha visto en los escaparates de Robertson Boulevard, una cena en la magnífica cervecería y coctelería Boa (14) (8462 W Sunset Boulevard), donde tal vez sirvan el mejor Ribeye del mundo, podría servir como preludio al definitivo ejercicio de exhibicionismo que es el Skybar, en la terraza del hotel The Mondrian (8440 W Sunset Boulevard).

Para no irse a la cama con la sensación de haber sucumbido al papel cuché y como homenaje a aquella ciudad que una vez fue una jungla, la última copa debe tomarse en el Rainbow (15) (9015 W Sunset Boulevard), cuya terraza reúne una clientela que todavía se sabe todas las canciones de Guns N'Roses y que sorbe bourbon y cerveza como si no hubiera un mañana. De hecho, toda la ciudad se comporta como si el mundo fuera a terminar esa misma noche. Por eso es pura adicción.

Los Ángeles, lujo, fama y silicona

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Sobre la firma

Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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