El Zenit, al servicio de Juande
El nuevo técnico del Madrid prueba con Salgado de lateral izquierdo, Dudek y Metzelder ante un débil rival
En partido valle de camino hacia el Camp Nou, Juande Ramos, sin respiro desde su desayuno con Pedja Mijatovic del martes, dejó algunas pistas. No todas le valdrán. Sobre todo, porque en los próximos seis meses el Real Madrid difícilmente tendrá un rival escuálido, extraviado y con tantas agujetas como el Zenit de San Petesburgo. Un masaje en tiempos de histeria madridista. Con sólo horas en Valdebebas Juande aún no puede ser juzgado. Sólo cabe examinar sus intenciones.
Frente a un equipo de trapo, Juande ensayó con un 4-4-2 frente al 4-3-3 de Schuster. A los dos les gustan las orillas, ya sean pobladas por extremos o interiores de largo recorrido. Pero ninguno de los dos tiene el cesto necesario: Robben y el desierto. El holandés fue el mejor con Schuster ante el Sevilla y con Ramos frente al Zenit. Al lado contrario, Van der Vaart, el primero en ser relevado.
REAL MADRID 3 - ZENIT 0
R. Madrid: Dudek; Salgado, Sergio Ramos, Cannavaro, Marcelo; Robben, Guti (Javi García, m. 52), Gago, Van der Vaart (Metzelder, m. 47); Higuaín y Raúl (Saviola, m. 61). No utilizados: Casillas; Anton, Drenthe y Bueno.
Zénit: Malafeev; Anyukov, Lombaerts (Domínguez, m. 76), Kryzanac, Sirl; Tymoschuk; Denisov, Arshavin (Fayzulin, m. 47), Zyrianov, Danny; y Pogrebnyak (Tekke, m. 72). No utiliz.: Contofalsky; Kim, Hubocan y Shirokov.
Goles: 1-0. M. 25. Raúl aprovecha un error de Malafeev, que no bloca un centro colgado al área. 2-0. M. 50. Robben culmina un contraataque con una preciosa vaselina. 3-0. M. 57. Raúl, también de vaselina.
Árbitro: Jonas Eriksson (Suecia). Amonestó a Danny y Sirl.
Unos 60.000 espectadores en el Bernabéu
A un paso del viaje a Barcelona, Juande pudo buscar en el fondo del vestuario y afrontar el trámite con los teloneros, o ensayar cómo remendar a un equipo que llegará al Camp Nou deshilachado por los convalecientes y los sancionados. El nuevo técnico se inclinó por el primer equipo, el mejor posible en tiempos de rebajas. Con una extraña excepción: Casillas fue el único titular relegado al banquillo y al término del choque el míster no confirmó su titularidad en el Camp Nou. Sí envidó con Robben y Marcelo, ausentes el próximo sábado. Juande primó lo anímico, una victoria para reforzar la autoestima de un vestuario en el que su ex técnico ya no creía.
Atar el triunfo no le resultó complicado. Le bastó cierta intensidad, más orden que de costumbre y Robben. Cada aparición del holandés destripaba al Zenit, acorralado en el perímetro de su área por el adelantamiento de líneas ordenado por Juande. Y por su falta de oxígeno para desplegarse en un campo tan maratoniano como Chamartín. Demasiadas hectáreas para un equipo que nada se jugaba y que bajó el telón de su Liga hace unas cuantas semanas. Ni Arshavin tuvo empeño en una pasarela semejante. Malafeev, el portero, que no tiene tanto escaparate, entregó rápido la cuchara. Convirtió un sencillo centro de Van der Vaart en el 64º gol de Raúl en la Liga de Campeones. El capitán cerró la cuenta con un tanto de cuchara antes de que Juande le concediera un paseíllo triunfal ante una hinchada escasa, pero abrazada a su capitán. Entre Raúl y Raúl, Robben, pillo él, se ayudó de un bache para peinar al meta ruso.
Sellada la goleada blanca, el partido se convirtió en la probeta de Juande. Con la vista en Barcelona, el sustituto de Schuster enhebró la defensa con Metzelder de lateral derecho y Míchel Salgado en la izquierda. Sin Torres y Marcelo, el gallego se perfila como el cuartelero de Messi. Al argentino, cuando parte desde la izquierda hacia el área, le incomodan aquellos marcadores que tampoco juegan en su lado natural, que le cierran el paso con su mejor pierna. Si repite el esquema ante el líder de la Liga, tampoco sería una novedad para el central alemán, que ya en ocasiones ejerció de lateral en la Bundesliga. Frente al cuadro ruso no sufrió apretones, como el resto de sus compañeros, que pudieron abanicarse cuanto quisieron, por mucho que el Zenit se estrellara dos veces en los postes de Dudek. Sin embargo, en Madrid no ha habido puesto en el que Metzelder haya despuntado.
Destensado el choque, Robben cerró la noche como la empezó, pletórico. No se le recuerdan dos partidos consecutivos con tanta pujanza desde que llegó al Real Madrid. Ahora, todos cruzan los dedos en el club. El holandés, ayer concreto en todo su repertorio, es capital. En Barcelona, Juande le perderá el rastro y tendrá que agudizar su ingenio para buscarle sustituto, o para cambiar el molde del equipo. Anoche ya pudo echar el primer vistazo. De nada más sirvió la cita. La hora de Juande empieza hoy.
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