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Crónica:14ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Osasuna pierde la cabeza

Los de Camacho desperdician una ventaja de tres goles ante un Valladolid certero

Gorka R. Pérez

La perseverancia tiene recompensa. No está exenta de sufrimiento, eso sí. Si no, que se lo pregunten a los aficionados vallisoletanos. Ni con un tres a cero a favor, pierde el Valladolid de Mendilibar sus señas de identidad. Todo lo contrario le sucede a Osasuna. La inexperiencia de quien aborda un partido con una ventaja desmesurada, tiene en la otra parte el aliciente de la remontada. Y eso que la situación no auguraba una reacción semejante. Cuando apenas había transcurrido un cuarto de hora, un renacido Dady desempolvaba las redes de la portería visitante. Delante de ellas, no estaba Asenjo, detalle importante. El autor de la asistencia no era otro que Puñal. Director del empuje osasunista, destruía una y otra vez la barrera violeta. Primero se asoció con Dady, que aprovechó el despiste de García Calvo para rematar ajustado al palo, y más tarde con Nekounam. El iraní, socio inamovible del capitán rojillo, empalmaba un preciso centro de Puñal y relajaba las pulsaciones del Reyno de Navarra. Se creía con los tres puntos Osasuna, y lo pagó a largo plazo.

OSASUNA 3 - VALLADOLID 3

Osasuna: Roberto; Azpilikueta, M. Flaño, Sergio, Monreal; Juanfran, Nekounam (Font, m. 66), Puñal (Sunny, m. 92), Plasil; Ezquerro y Dady (Sola, m. 83). No utilizados: Ricardo, Cruchaga, Masoud y Oier.

Valladolid: Villar; P. López, Prieto, G. Calvo, Marcos; P. León, V. Dorado, Mendunjanin (Goitom, m. 34), Sesma (Ogbeche, m. 66); Cannobio (Baraja, m. 60) y Victor. No utiliz.: Alberto, Escudero, O. Sánchez y Borja.

Goles: 1-0. M. 17. Dady. 2-0. M. 42. Nekounam. 3-0. M. 56. Dady. 3-1. M. 59. Goitom. 3-2. M. 64. M. Flaño, en propia puerta. 3-3. M. 85. Ogbeche.

Árbitro: Paradas Romero. Amonestó a Juanfran, Marcos, Puñal, M. Flaño y Monreal.

16.000 espectadores en el Reyno de Navarra.

El Valladolid, por su parte, no se desesperó. Concienciado de las posibilidades de su juego, se rearmó y pisó con peligro el área navarra. El problema de las acometidas del equipo de Mendilibar era su desenlace. Mientras que Osasuna tenía en Dady una referencia fructífera, Víctor no era capaz de superar a los centrales osasunistas. Merced a esa frustración, el Valladolid se desinflaba por momentos. Y ese aire perdido empujaba directamente a los de Camacho hacia la meta de Villar. El balón sin embargo no tenía un dueño que lo reclamase. Puñal y Nekounam se intercambiaban la pelota con Vivar Dorado y Mendunjarin ajenos a lo que sucedería después.

A pesar del 2-0, el tiempo de descanso no enfrió los ánimos de los rojillos. Dady acumulaba en sus botas toda la pólvora de un Ezquerro peleado con el gol, pero que trastocaba una y otra vez los movimientos de los centrales visitantes. En una de esas interferencias encontró Dady el pasillo deseado. Solo frente a Villar, perforaba de disparo cruzado por segunda vez en su cuenta particular, las redes del Valladolid. En ese preciso instante, algo cambió. El Valladolid se enrabietó y Osasuna cometió el error de consentírselo. Empezando por Roberto. El meta rojillo que hasta el momento sólo había intervenido en un potente disparo de falta de Pedro León, se confió ante Goitom y permitió que el delantero sueco introdujera en la red no sólo el balón, también la rabia de un Valladolid que comenzaba a carburar.

El partido se volvió loco. Osasuna seguía sin pensar que los tres puntos podrían escaparse y el Valladolid cada vez los sentía más cerca. Hizo méritos el conjunto de Mendilibar y la fortuna lo tuvo en cuenta. Goitom fue pararrayos. De nuevo por alto, Osasuna demostró que a pesar del fichaje del imponente Sergio, le queda mucho por mejorar en este apartado. Miguel Flaño, en su ímpetu por despejar el balón fuera de su área, se equivocaba de trayectoria y ponía el 3-2 en un marcador al que le faltaba aún un movimiento. Algo que Osasuna seguía sin contemplar. Y eso que en sus filas Plasil y Dady eran una pesadilla constante para Prieto y García Calvo. Las defensas no eran capaces de imponerse y cuando eso sucede, ningún entrenador es capaz de controlar sus pulsaciones. El que parecía dispuesto a disparar las de Camacho era Ogbeche. Y así lo hizo. Por tercera vez, un centro al área pamplonica terminaba con la pelota en el fondo de la portería de Roberto. Los tres puntos habían menguado y de alargarse el partido incluso hubieran desaparecido.

Dady no llega al remate ante Pedro López, Luis Prieto y el portero Justo Villar.
Dady no llega al remate ante Pedro López, Luis Prieto y el portero Justo Villar.EFE

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Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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