González y Aznar marcan las grandes ausencias del día

El día de la Constitución estuvo plagado de reencuentros entre clásicos de la política española ya retirados que prácticamente sólo se topan en actos como éste, pero también dominado por algunas notables ausencias. Las de mayor contenido político fueron las de siete portavoces de grupos nacionalistas -faltó también la de UPyD, Rosa Díez-, aunque algunos, como CiU, sí enviaron a representantes de segundo nivel. Pero hubo otras dos ausencias muy comentadas y de gran contenido simbólico.

Ningún ex presidente estuvo en la celebración de los 30 años de la Ley Fundamental. Uno de ellos, Leopoldo Calvo-Sotelo, habitual en este tipo de actos, falleció recientemente. El otro, Adolfo Suárez, está muy enfermo. Sin embargo, Felipe González y José María Aznar decidieron voluntariamente no aparecer en un acto de gran relevancia política. Ambos viven concentrados en sus respectivas fundaciones, viajando, especialmente por Latinoamérica, para dar su visión antagónica de la crisis mundial.

Sólo cinco de los diecisiete presidentes autonómicos se acercaron al Congreso: el de Cataluña, José Montilla; el de Murcia, Ramón Luis Valcárcel; el de Castilla-La Mancha, José María Barreda; el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; y el de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, mientras el Gobierno estaba prácticamente al completo y el PP tenía una notable representación.

Encuentro de veteranos

Entre los históricos habituales de este tipo de encuentros acudieron Santiago Carrillo, ex secretario general del PCE, y el senador Manuel Fraga, fundador de AP y ex ministro de Franco. Esta misma semana debatieron en TVE sobre la Guerra Civil. De los padres de la Constitución estaba Gregorio Peces-Barba, con otros políticos retirados como los ex presidentes de Congreso y Senado Félix Pons, Fernando Álvarez de Miranda, Juan Ignacio Barrero, Manuel Marín o Landelino Lavilla.

También estaba allí Marcelino Camacho, el histórico dirigente sindical y ex diputado del PCE con años de cárcel a sus espaldas, quien aseguró que, a pesar de que la Constitución fue un gran avance, para él lograr un Estado republicano sigue siendo un objetivo irrenunciable.

Mientras en la Carrera de los Jerónimos se celebraba el día de la Constitución con los Reyes, a unos pocos metros de allí, en la plaza de la Cibeles, un millar de personas se manifestaban en favor de la III República y señalaban que la Constitución ha sido un "fraude" porque "los derechos sociales y libertades políticas que reconoce en el papel han sido sistemáticamente limitados, hasta hacerlos prácticamente nulos".