Los inversores deciden no comprar

Los indicadores económicos han vuelto a cruzarse en el camino de los mercados de valores, arruinando con ello una buena parte del esfuerzo realizado en la semana anterior.

El Ibex 35 cayó el 4,49% para quedar al borde de los 8.500 puntos, mientras que los valores medianos y pequeños tuvieron un comportamiento menos negativo y terminaron la sesión con descensos del 1,74% y del 1,10% en sus respectivos índices. El resto de las principales plazas europeas registró descensos de más del 5%.

Los datos económicos publicados ayer en Estados Unidos recordaron a los inversores la dureza de una situación que parecían haber superado, a juzgar por el comportamiento de los mercados en las últimas sesiones. El gasto en construcción de octubre mostraba un descenso del 1,2% tras la engañosa estabilidad del mes anterior, confirmando la ralentización de la actividad en un sector fundamental.

Con todo, el dato que hizo más daño fue el índice de actividad manufacturera de noviembre, que cayó hasta su peor nivel en 26 años. Con estos números en la mano, los inversores no dudaron de la próxima entrada en recesión de la economía estadounidense y optaron por vender.

La Bolsa española fue de las que menos bajó en Europa, pero aun así las cifras muestran una situación difícil a corto plazo, ya que el volumen negociado en el Mercado Continuo indica una clara abstención compradora. Si el pasado viernes el negocio caía por ser jornada semifestiva en Estados Unidos, en esta ocasión no había más excusa que la propia renuncia de los inversores. La contratación total fue de 2.269,80 millones de euros, 21 millones más que el pasado viernes, y las operaciones del mercado abierto movieron 1.890,87 millones de euros, apenas 93 millones más que en la sesión precedente.

Las noticias sobre las desinversiones forzosas en los grupos constructores para eludir posibles suspensiones de pagos no sientan nada bien entre los inversores, que tratan de no verse implicados en unas situaciones cuya salida se plantea a plazos demasiado largos, dada la actual incertidumbre financiera.