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Una declaración de amor político

Unas 1.400 personas llenan el Palau de la Música en la presentación del libro de memorias de Maragall, en el que asegura no tener "resentimiento" hacia el PSC

Francesco Rutelli, ex alcalde de Roma e íntimo amigo del homenajeado, atinó en la definición del acto que ayer por la tarde abarrotó el Palau de la Música: "Una declaración de amor político" a Pasqual Maragall. Más de 1.400 personas, entre políticos, amigos y compañeros del ex presidente, asistieron a la presentación del libro de memorias de Maragall, Oda inacabada , acto que acabó por convertirse en un sentido y emotivo homenaje a la persona que tuvo tres retos para luchar en esta vida: los Juegos Olímpicos (alcaldía de Barcelona), el nuevo Estatuto (presidencia de la Generalitat) y ahora el Alzheimer, esa enfermedad con "nombre de doctor alemán" a la que se refiere en el libro. En él hay escasas referencias a su pasada etapa política en la Generalitat y a su abrupta salida del PSC, que consume un capítulo del libro, y salda cuentas con algunos compañeros de partido. Hubo una única referencia, la del propio Pasqual Maragall, para asegurar que no alberga resentimiento alguno hacia ellos. "Tengo el máximo respeto a mis amigos y adversarios políticos, tanto si son socialistas como nacionalistas. A los únicos que no trago son a los nacionalsocialistas", afirmó.

Maragall hizo reír con sus bromas, entrañables y cargadas de ternura, al cerrar el turno de palabras. Quienes le precedieron tuvieron muestras de afecto para el ex presidente de la Generalitat. Algunos intervinieron en directo, como Ferran Mascarell, quien cogió las riendas de Cultura en el Ayuntamiento y en el Gobierno catalán. "Son unas memorias, pero también es un ensayo político y un manifiesto catalanista que a nadie dejará indiferente". También habló Narcís Serra, ex alcalde de Barcelona, que se refirió a Maragall "como un hombre de principios, pero no de opiniones fosilizadas", y que admitió que sobre todo le impresionaron del libro las reflexiones sobre "la soledad del político que tiene responsabilidad y criterios propios". Y Cristina Maragall, su hija, que negó que las memorias -"a pesar de algún titular"- sean polémicas, "sino claras, honestas y muy conciliadoras". Le definió como "un hombre fiel a las personas, capaz de entusiasmar e implicar a todos en sus proyectos y con una curiosidad permanente". "Si toda la gente fuera como él, quizá el mundo no sería mejor, pero seguro que sería diferente", dijo emocionada.

Para quien le sucedió en el cargo, José Montilla, el ex presidente Maragall sólo tuvo una corta frase. Fue para recomendarle que intente, cuando deje el cargo, conducir su propio coche, como él lo hace, "aunque algún día me la pegaré". Montilla fue la máxima autoridad presente, junto a la plana mayor del PSC y buena parte del Gobierno catalán y del resto de los partidos políticos, incluido Artur Mas (CiU). Fueron notables las ausencias de Esquerra Republicana. No acudió ni Ernest Benach, ni Josep Lluís Carod ni Joan Puigcercós.

Las frases

- Cristina Maragall: "Mi padre nunca ha dejado de ser persona y de tratarnos a todos como personas. Y esto es lo que le hace especial".

- Narcís Serra: "Los militares diferencian estrategia y táctica. Pues Maragall es tenaz, tozudo y claro en la estrategia, y con inventiva e improvisación en la táctica".

- Ferran Mascarell: "Pasqual Maragall me enseñó a mirar el ángulo menos obvio y menos sencillo pero más profundo de las cosas".

- Pasqual Maragall: "Desde aquí quiero pedir perdón a mis familiares por si la enfermedad que padezco puede resultar pesada en el futuro".

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