Última carta en la 'Trasme'
Cambios estratégicos para evitar vender a precio de saldo la naviera
Cuando el Gobierno entregó Trasmediterránea en 2003 a un grupo de empresas lideradas por Acciona, se esperaba que la naviera se encaminara definitivamente por la senda del crecimiento y la rentabilidad. Pero, tras unos años de crecimiento, hasta 2006, la empresa matriz del grupo volvió a perder velocidad en 2007, año en el que su facturación cayó un 4,8% y pasó de beneficios a pérdidas (36,6 millones de euros).
¿La culpa? La menor actividad, la competencia y los precios del crudo. Mientras el número de pasajeros subía en un 4,1%, la carga caía un 7,1%. Los precios del crudo tampoco ayudaron, pues, según Manuel Domínguez Segade, responsable de la sección marítima en la Federación de Transporte de UGT, "el carburante, la partida de gasto más importante, llegó a subir entre el 60% y el 80%". Todo ello ha llevado a que la naviera se haya convertido en un activo poco interesante para el grupo de los Entrecanales.
En 2007, sus ventas cayeron un 4,8% y pasó de beneficios a pérdidas
"Marruecos es una apuesta decisiva", explica un portavoz de la naviera
De hecho, Acciona ha aprobado una reordenación de sus actividades en torno a tres core business -las infraestructuras, las energías renovables y el agua- que ha dejado descolgados una serie de negocios, entre ellos, la llamada Trasme. A las ventas ya efectuadas de su filial de servicios funerarios, Mémora, y de varias concesiones, la constructora añadió las divisiones de servicios urbanos y aparcamientos. Y está en vías de hacer lo mismo con el handling, algunos activos inmobiliarios y la propia naviera.
Si bien se ha especulado con que los fondos procedentes de estas desinversiones se utilizarán para reducir la enorme deuda de la constructora (17.543 millones de euros), en Acciona insisten en que la mayor parte del dinero se canalizará hacia los sectores ahora prioritarios, en especial, la energía renovable, el área de mayor crecimiento. Su facturación ha subido de 688 a 1.236 millones en los nueve primeros meses, un 79,6% más que en 2007. No extraña que 1.080 de los 1.339 millones invertidos este año en las actividades del grupo (77%) lo fueran en renovables. La división de logística y transporte, que incluye a la naviera, se llevó solo 17 millones.
La cuestión es que en el sector se cree que va a ser muy difícil que los socios de la naviera obtengan por ella el precio que tenían previsto. Acciona (con el 60% de la naviera) y sus socios -la CAM, Naviera Armas o el Grupo Matutes- ya tantearon a principios de año la venta de la Trasme. El precio entonces planteado, unos 850 millones, fue juzgado excesivo por los interesados. Al final, ni hubo cuaderno de ventas. Es evidente que la compañía no despierta pasiones, en parte, por su baja rentabilidad. Mientras las divisiones inmobiliaria y de energía han logrado hasta septiembre Ebitda, resultado bruto de explotación, del 33,6% y del 33,8%, servicios logísticos y transporte sólo consiguió un 6,5%. A lo que habría que añadir la deuda de la naviera, en torno a los 550 millones de euros.
A partir de entonces, la situación del mercado no ha hecho más que empeorar. Los precios del crudo han bajado, pero el entorno económico es peor. "El sector no ha ido bien en 2007", explica Segade, "y este año está yendo aún peor. En carga de materiales de construcción y automóviles hay caídas del 30%". La empresa ya tuvo que reducir sus servicios a Canarias y cerrar su línea entre Bilbao y Portsmouth, inaugurada en 2006, incapaz de competir con la británica P & O. Tampoco han funcionado los buques de alta velocidad. "Ha habido que retirarlos de las conexiones con Baleares", explican en la compañía, "por la subida del carburante". Estas cuatro unidades están ahora paradas, en espera de ser utilizadas en las líneas del Estrecho.
La cuestión de la plantilla también retrae a los interesados, se dice. De hecho, la competencia ha aprovechado sus costes salariales más bajos para comerle terreno a la naviera de Acciona en un entorno de auténtica guerra de precios, una situación "difícil para Trasmediterránea", reconoce Segade, "debido a que tiene más estructura, más plantilla y unos costes laborales entre un 30% y un 40% superiores a los de la competencia". Por ejemplo, Balearia (Eurolíneas Marítimas), que compite con la Trasme en Baleares y en el Estrecho, ha doblado su facturación entre 2004 y 2006 (de 58 a 125 millones de euros) y multiplicado sus beneficios por cuatro (de 2,8 a 10,6 millones).
De momento, no se sabe de posibles interesados. En el sector se cree que la única posibilidad de vender la naviera es con una fuerte rebaja. O troceada por zonas, lo que no gusta a los sindicatos. De todos modos, nadie niega que Acciona se ha esforzado por modernizarla, abrir vías de negocio y buscar sinergias con el resto del grupo. "Uno de los grandes cambios", explica un portavoz de Trasmediterránea, "ha sido la potenciación de la actividad logística en el marco del Grupo Acciona". La empresa también busca sacar más partido a sus estaciones marítimas para dar un servicio logístico integral (en Barcelona) o recibir cruceros (en Valencia).
Estos días, la empresa, con una flota de 27 barcos, ha acometido una nueva estrategia de crecimiento; nuevas conexiones de carga entre Canarias, Marruecos y Barcelona, inauguradas hace poco más de un mes; la línea Agadir-Barcelona, que parte de Canarias, y la Tánger Med-Barcelona Cádiz. "La apuesta por Marruecos es decisiva", explica un portavoz. "Es un país con creciente producción industrial y agrícola que debe transportar a Europa". La compañía va a trasladar a Barcelona la producción de la nueva planta de Renault en Tánger, que se inaugurará en 2010. "Y en el futuro", señalan, "se abrirá una conexión entre Tánger Med, Vigo y El Havre, que tendrá a Renault como uno de los grandes clientes". Es la última carta de la compañía para crear valor y, de tener éxito, podría propiciar una venta a mejor precio. Habrá que esperar algunos meses para comprobar si funciona. Lo que explica que la propia Acciona se mantenga a la expectativa y se haya limitado a colocar a la naviera entre las desinversiones "a decidir" y no haya empezado siquiera a elaborar el correspondiente cuaderno de ventas. -
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