Un libro recupera la valía del pintor Pedro de Campaña
Valdivieso estudia la obra del "mejor artista del Renacimiento en Sevilla"
Pedro de Campaña llegó a Sevilla en 1537 y desde entonces y hasta su marcha a Bruselas en 1562 se convirtió en el primer pintor de la ciudad y en uno de los artistas más relevantes del Renacimiento Español. El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla Enrique Valdivieso presentó ayer una monografía sobre el pintor que supo "reavivar el sentimiento de la pintura sevillana y dotarla de la emoción y la energía tan características de los creadores flamencos", como aseguro el mismo Valdivieso. El catedrático ha dedicado diez años de estudio a recomponer la vida y la obra de este artista del Renacimiento del que apenas se tienen noticias, y de quien no se conoce ninguna obra antes de su llegada a Sevilla.
"Pedro de Campaña ha estado considerado como un artista secundario en la Historia del Arte, pero ya es hora de que se le haga justicia al que ha sido el pintor más importante del Renacimiento en Sevilla. El catedrático Diego Angulo siempre mantuvo que, antes de la llegada de El Greco, Campaña fue el pintor más importante en España", aseguró ayer Valdivieso durante la presentación del libro, editado por la Fundación Sevillana Endesa.
"La pintura en Sevilla languidecía por la falta de un maestro pujante y en cuanto Campaña llegó a la ciudad desbancó el estilo inexpresivo de Alejo Fernández. En pocos años le encargaron 12 grandes retablos y algunos de ellos salieron fuera de la ciudad porque eran encargos de obispos, como los de Burgos y León, que habían pasado por Sevilla", comenta el especialista.
Aunque produjo el grueso de su trabajo durante los 24 años que vivió en la capital andaluza, Sevilla sólo conserva una treintena de sus obras. El resto están repartidas por museos como el Louvre (París), Nacional de Varsovia (Polonia), Academia Carrara de Bérgamo (Italia), San Carlos (México) y la Gemäldegalerie de Berlín (Alemania).
Entre las obras maestras de Pedro de Campaña, Valdivieso cita Las siete virtudes, un óleo que está en el Museo de San Carlos (México); pero también algunas de las que han permanecido en Sevilla como Descendimiento, un óleo sobre tabla de 1547 que el artista pintó para la iglesia de Santa Cruz, uno de los edificios derrumbados durante la ocupación francesa a principios del siglo XIX, y que el cabildo catedralicio colocó en la sacristía mayor de la Catedral. En el mismo templo se conserva también el magnífico Retablo de la Purificación. Valdivieso señala además el Retablo de Santa Ana, una obra compuesta por 16 tablas que está en la iglesia de Santa Ana en Triana. "Las pinturas se encuentran en un estado lamentable pero, afortunadamente, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico va a iniciar ya su restauración, algo por lo que vengo luchando durante años", apunta el historiador.
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