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El PP se queda solo en su ofensiva contra Griñán en un crispado pleno

Los socialistas dicen que Arenas practica la política del "circo y el espectáculo"

Lourdes Lucio

El Partido Popular apuntó ayer toda su artillería parlamentaria y política contra el vicepresidente segundo, José Antonio Griñán, uno de los más sólidos soportes del Gobierno andaluz, y contra la presidenta del Parlamento y segunda autoridad institucional de la comunidad, Fuensanta Coves.

El grupo popular, que dirige a golpe de efecto Javier Arenas, actuó como un perfecto equipo sincronizado de natación arremetiendo durante todo el pleno de ayer como un martillo pilón contra los socialistas. Formuló una interpelación y cuatro preguntas en la sesión de control al también consejero de Economía y Hacienda, protagonista además de una proposición no de ley en la que el PP pedía su reprobación, rechazada por la mayoría socialista.

Los populares hicieron una pancartada en la sesión de control
"Son el partido de los bancos, no del pueblo", aseguró Antonio Sanz

Los populares no encontraron respaldo en los seis diputados de IU, que decidieron abstenerse para no participar en un "circo", pero consiguieron marcar el ritmo de un pleno tenso y crispado, que incluyó la exhibición de carteles de protesta por la ausencia de cuatro miembros del Gobierno en la sesión de control, entre ellas, la del presidente de la Junta, Manuel Chaves, que se encontraba en Ronda con el Rey. "Zarrías, el plantón no es democracia", decían la mayoría de las pancartitas, aunque otras, las menos, ponían el nombre de Chaves. La actitud de los socialistas fue la de no prestar demasiada atención porque tienen datos recientes de que eso apenas si llega al 2% de la población.

La línea de ataque contra Griñán fue el modo en que se gestiona la tesorería de la Junta. Hasta cinco diputados del PP subieron consecutivamente a la tribuna para reprocharle el que haya sacado a subasta hasta 6.000 millones de euros por los excedentes de liquidación, cuando tiene obligaciones de pago pendientes por valor de 5.000 millones. Estas operaciones financieras son habituales y los calendarios de la subasta se publican, desde 2004, en el BOJA, con el fin de sacar mayor rentabilidad. "No es sólo una actuación eficiente, sino una obligación de cualquier gestor de recursos públicos", enfatizó Griñán.

Uno a uno los diputados populares formularon en tono brioso la misma acusación, con frases impactantes: "Son el partido de los bancos, no del pueblo" (Antonio Sanz); "están forrados de pasta mientras deben pasta a los que más lo necesitan" (Ana María Corredera).

Griñán explicó que el Gobierno del PP también lo hizo en 2001 con Cristóbal Montoro al frente del Ministerio de Hacienda, colocando el dinero en el Banco de España. "Las subastas las hacemos con publicidad, transparencia y libre concurrencia", aseguró el vicepresidente económico, quien comenzó su intervención a las diez de la mañana sin la presencia de muchos diputados socialistas, aunque poco a poco se fueron incorporando a sus escaños.

Según algunas fuentes, fueron advertidos para que acudieran a arroparlo. En frente, el PP estaba en perfecto estado de revista al punto de la mañana con Arenas presente desde las diez. Ante la petición del PP de que los excedentes se coloquen en el Banco de España, Griñán aseguró que hacerlo supondría no sólo una menor rentabilidad sino también desproteger a las entidades financieras andaluzas, a las que habría que dar explicaciones. "Luego hablen con las entidades financieras y sus problemas de liquidez, con Cajasur, por ejemplo", soltó.

Horas más tarde, Griñán siguió desde su pupitre cómo el popular Antonio Sanz pedía su reprobación por su gestión "dañina, huidiza y nefasta" al frente de economía y cómo el ex portavoz socialista José Caballos -quien intervino a petición expresa del consejero- lo defendía y arremetía contra la "demagogia" del PP.

Griñán no fue la única diana de los populares. También lo fue Fuensanta Coves, a la que acusaron de mantener una actitud "sectaria", "tramposa" y "chanchullera" por no convocar una Junta de Portavoces extraordinaria para tratar las ausencias de miembros del Gobierno en la sesión de control. Los populares se quejaron, sobre todo, de la excusa dada por el vicepresidente primero, Gaspar Zarrías, quien se encontraba en Almería en Expo-Agro.

Coves ignoró la petición del secretario general del grupo popular, Jorge Ramos, de pedirle explicaciones en mitad del pleno, lo que provocó protestas de Arenas y de Sanz. También de la popular María José García Pelayo, miembro de la Mesa, algo bastante anormal. "No tiene por qué ayudarme", le espetó Coves.

El remate de esta protesta fue la actuación armonizada de todos los diputados del PP (salvo Arenas) mostrando desde sus escaños los carteles con los nombres de Chaves y Zarrías. Coves no se inmutó, ni pidió que los retirasen para evitar mayor tensión. Según el portavoz socialista, Manuel Gracia, el PP pretendía "reventar" el pleno para "desprestigiar la institución" con una estrategia de "circo y espectáculo".

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