_
_
_
_
_

La crisis resucita el fantasma de la reconversión en el sector del automóvil

Los sindicatos alertan de que los cierres de fábricas son el primer síntoma

Hace cuatro días, la multinacional PSA Peugeot Citroën comunicaba a sus fábricas de todo el mundo que pondrá en marcha un plan eufemísticamente llamado "proyecto de redistribución de empleos". Su objetivo es adelgazar la plantilla en cerca de 3.000 personas a base de renuncias voluntarias "en todas las plantas y todas las direcciones del grupo". En el segundo párrafo de la nota que informaba del asunto se colaba la siguiente frase: "El plan presentará medidas para acelerar las salidas de la empresa que se habrían producido los años próximos, como proyectos profesionales en el marco de excedencias por reconversión". Era la primera vez desde el inicio de la crisis que el fabricante aludía al término "reconversión", una palabra que significa "modernización de industrias" pero que los sindicatos traducen como "eutanasia industrial" desde que Galicia la sufrió en la década de los 80. Para algunos, como la CIG, no es exagerado empezar a pensar que se pueda dar un proceso similar si continúa la crisis.

El término significa, para los sindicatos, la "eutanasia de la industria"
La patronal dice que Galicia ha sido la región más dispuesta a buscar soluciones
Más información
De los disturbios a la I+D+i

Henrique Pérez, representante del personal en el comité de PSA en Vigo, se lo teme desde que comenzaron los anuncios de cierre de fábricas suministradoras. "Los síntomas están en la desaparición de empresas. Draka y Valeo fueron las primeras, y ahora le toca a Prevent". Esta última, que realiza fundas de asientos para los vehículos, ha anunciado que busca comprador. Si no lo encuentra antes del 31 de enero, sus 130 trabajadores engrosarán las listas del paro.

Con unas ventas de coches en caída libre en el mercado europeo, el presidente del cluster que agrupa a las firmas de componentes, Antonio Vega, advertía el viernes que en los meses de noviembre y diciembre se han encontrado frente a "un exceso de capacidad y de personal". Exceso puntual, por el momento, que se puede volver muy preocupante si 2009 llega con más ajustes. Los expedientes de regulación de empleo que Traballo tiene sobre la mesa hasta fin de año afectan en la automoción a 1.800 personas. Aunque muchos de ellos se retirarán por la inyección de 10 millones de euros que realizará la Xunta, lo cierto es que las empresas ya no necesitarán a todos esos trabajadores. Un panorama radicalmente distinto al del año pasado. Según un estudio del cluster del automóvil, los datos de 2007 sitúan a la automoción como principal motor de la economía gallega. Su facturación equivale al 17% del PIB y sus más de 25.000 empleados representan el 11% del empleo industrial. Sólo el año pasado, las ventas del sector crecieron un 25%, hasta alcanzar los 9.300 millones de euros. La producción récord de PSA, que ensambló en la factoría de Balaídos 547.000 coches, impulsó las exportaciones un 34%.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Estas y otras razones hacen que Galicia sea la región más activa a la hora de proponer soluciones. Lo reconocía Piere Ianni, el director de Citroën en Vigo: "Los foros abiertos están dando resultados y dando respuesta a las necesidades que tenemos las empresas. Por lo menos a corto plazo. No conozco otros lugares donde se esté haciendo algo parecido". El ejecutivo, que ha manifestado que la crisis mundial terminará con "el fin del crecimiento continuo y del dinero fácil", cree que la sociedad acabará por adaptarse "como lo ha hecho siempre". La pregunta es de qué manera lo hará. Francisco Anguera, consejero delegado del grupo Copo, que fabrica espumas para los asientos de los coches y que acaba de anunciar 18 despidos, opina que lo que suceda va a depender de las medidas que tomen los gobiernos para reactivar las inversiones. "Ni yo ni nadie sabemos qué va a pasar el año que viene. Lo que desde la industria les estamos transmitiendo a los políticos es que no queremos subvenciones a fondo perdido, sino garantías, créditos para superar el bache". Ianni está en la misma línea: "Hay elementos que nos permiten ser optimistas, pero lo cierto es que saldremos de ésta cuando la gente compre coches. Sólo podemos fabricar si la gente compra".

Por ahora, PSA ha evitado presentar ERE gracias a que no renueva contratos temporales. El año pasado echó mano de 5.400 personas en esas condiciones para asumir su enorme calendario de producción. La tortilla ha dado la vuelta y desde enero dejará de firmar 900 nóminas de eventuales. Es la filosofía de "hacer lo máximo con lo justo", la misma que, en los 80, provocó la reconversión naval a la que todos temen.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_