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El PP presenta a Feijóo como el gestor que Galicia necesita ante la crisis

El candidato popular promete "renovación y no abandonar el camino del centro"

Contra la crisis, los balances negativos, las suspensiones de pagos y las colas en el Inem, el PP presentó ayer a su candidato, Alberto Núñez Feijóo, como el gestor que Galicia necesita "en el momento más difícil de la democracia". En su segunda proclamación como aspirante -la primera fue hace casi tres años cuando fue elegido sucesor de Fraga- el dirigente popular tiró de currículum para optar a la presidencia del Gobierno gallego.

Por momentos, su discurso adquirió el tono de una entrevista de trabajo. "En 2000 ocupé la presidencia del Insalud con un presupuesto tres veces superior al de la Xunta... Cuatro años más tarde, presidí la primera empresa pública del Estado, Correos, que pasó de perder 4.000 millones de pesetas a ganar 16.000", remarcó, a la espera de una ovación del auditorio que no tardó en llegar. El líder del PP se encomendó a las bases para afrontar "todos juntos" el siguiente paso. "Llegó la hora de gestionar, de sustituir la propaganda por la gestión al servicio de los ciudadanos y de darle la vuelta a esta situación".

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Mariano Rajoy, a quien agradeció que ejerciese "siempre y en todo lugar como el primer militante del PP gallego", correspondió a la invitación y se apresuró a hablar "no del amigo Alberto, sino del presidente Feijóo" antes de enumerar una retahíla de adjetivos para avalar su candidatura a la Xunta. "Quiere a Galicia, es capaz, eficaz, sabe gestionar y lo ha demostrado, tiene visión, es cercano y alberga más ganas que nadie de ser el presidente de la Xunta".

En su alocución anterior, Feijóo, a quien una parte del partido le reprocha su imagen de persona poco cercana, había esgrimido un mérito adicional: la experiencia acumulada durante estos tres años de oposición. "Aprendí más de las personas en este tiempo que durante la época en que estuve en el Gobierno. No quiero ser un presidente que no vea detrás de las estadísticas a la gente". Y entonces relató media docena de supuestos encuentros con parados, agricultores, jóvenes que no pueden acceder a un piso, enfermos que esperan una operación o mayores que no cobraron las ayudas de la Ley de Dependencia para poner cara a los errores del bipartito.

Buscó al elector desencantado con esta Xunta, no entre el público del Palacio de Congresos pero sí al otro lado de la pantalla, y adquirió con él "el compromiso irrenunciable de convertir la decepción en esperanza, de trocar la división artificial que propicia el propio Gobierno en unidad y esperanza".

Prometió hacerlo además siguiendo "el camino del centro". "El mismo que trazamos hace cuatro años y por eso los que quieren más izquierda nos llaman de derechas y los que quieren más derecha nos llaman de izquierdas". Y sin traicionar la G de Galicia que el partido incluye en sus siglas. "Hoy esa letra sigue teniendo la misma fuerza, potencia y compromiso que tenía con Gerardo Fernández Albor y con Manuel Fraga, la de nuestra Galicia constitucional". En su recorrido por lo que han sido estos tres años fuera del Ejecutivo, admitió que "fue difícil hacer oposición en un partido acostumbrado a gobernar, más con unos directivos de la TVG que nos tratan de forma vergonzosa", añadió.

Ya casi al final, el candidato sirvió una última razón a los suyos para que le apoyen en la carrera hacia San Caetano y de paso envió un mensaje a los sectores del PP críticos con Rajoy que pudieran estar aguardando una derrota en Galicia para reabrir el debate sobre el líder nacional. "Podemos iniciar desde Galicia la reconquista democrática del poder en España. Le pido al presidente nacional que diga a todo el partido que llegó la hora de Galicia", proclamó Feijóo.

"Todo el PP de España cree en ti, y con la ayuda de todos, Galicia va a recuperar el liderazgo que tenía en España", respondió Rajoy, en el epílogo de su intervención.

Antes, el ex presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, reclamó el trabajo de la infantería para recuperar la Xunta y se dirigió al Bloque para insistir en que los populares a diferencia del BNG son "galleguistas pero también españoles".

Feijóo y Rajoy, junto a los jóvenes y niños que el PP colocó ayer en el escenario del Palacio de Congresos de Santiago.
Feijóo y Rajoy, junto a los jóvenes y niños que el PP colocó ayer en el escenario del Palacio de Congresos de Santiago.ANXO IGLESIAS

Educación "en libertad"

"Parece que fuera un turista que viene a Galicia, más que un militante de nuestro partido". Con esa frase, un ex conselleiro de Fraga solía definir las aportaciones de Mariano Rajoy a los mítines del PP gallego. En su intervención de ayer, siempre en castellano, el presidente nacional lamentó que en Madrid "se hable de Galicia como un lugar en el que alguien arregla sus despachos, compra coches o simplemente se infla a mojitos". Rajoy se refería así a los titulares de la prensa conservadora que desde hace un par de meses viene denunciando "la tendencia al lujo de Touriño". El presidente nacional del Partido Popular también arremetió contra la política lingüística del Gobierno gallego. "Tengo dos hijos y nadie me puede decir cómo tengo que educar a mis hijos ni en qué idioma lo tengo que hacer, quiero una educación en libertad", se quejó Rajoy quien confrontó el "reformismo y la eficacia de Feijóo con lo otro, que es el inmovilismo, la crisis interna y económica y el paro de Touriño, al que hizo corresponsable de la mala situación económica que vive Galicia.

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