Buscando culpables en la jungla

Madrid, una jungla de asfalto cuyas calles se ponen al rojo vivo en torno a los locales de ocio y donde las peleas se cuadruplican cuando llegan los fines de semana. La muerte de Álvaro Ussía la madrugada del sábado 15 de noviembre en la discoteca Balcón de Rosales tras recibir una paliza de los porteros del local ha vuelto a poner de actualidad el problema de la seguridad en el ocio nocturno de Madrid. La Comunidad, que llevaba desde 2002 preparando un reglamento, presentó un borrador el pasado jueves que se queda corto si se compara con el que ya existe en Cataluña. Mientras la Generalitat obliga a superar un curso de 40 horas de enseñanzas teóricas y prácticas, aquí sólo se pedirá un examen. El Ayuntamiento, por su parte, ha reaccionado cerrando cuatro discotecas que tenían alguna irregularidad y advierte de que habrá tolerancia cero. Los agredidos por los porteros hablan de violencia sin sentido y falta de profesionalidad. Los vigilantes de las discotecas contestan que su trabajo es muy complicado y que siempre se les echa la culpa a ellos.