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Reportaje:

75 años a micrófono abierto

Radio Galicia cumple tres cuartos de siglo de compromiso con la información

Las presiones de grupos galleguistas durante la II República calaron sobre los directivos de Unión Radio, y el centro emisor de 200 vatios que tenía como destino Vigo acabó en el patio del convento de San Domingos de Bonaval en Santiago. El 15 de enero de 1933, la primera emisora de la SER en Galicia transmitía en pruebas y una semana después Castelao ya defendió ante aquellos rudimentarios micrófonos las bondades del Estatuto.

Nació el informativo La Palabra, se retransmitieron desde el Obradoiro los fuegos del Apóstol en el 35 y Enrique Rajoy Leloup, abuelo del actual presidente del PP, leyó un año más tarde el resultado del referéndum sobre el autogobierno. Hasta que el franquismo pasó a ocuparse de la información que restringió durante cuatro décadas enteras a "noticias" sobre la Iglesia, el Movimiento y la Universidad. "Siempre a favor, las notas las facilitaba el Régimen", cuenta José Gutiérrez Porteiro, botones, administrador, técnico ocasional y casi todo durante 44 años en Radio Galicia. Locutores como Isabel Carou, el speaker Pazos, o ya en el tardofranquismo Santiago Davila y María Teresa Navaza vieron caer la censura sobre sus textos. El domingo se radiaba la misa para enfermos e impedidos desde la Capilla de Ánimas y a continuación el concierto de la banda municipal. "Corríamos a veces, yo llevaba los cacharros, era tracción humana, pero considero aquella radio más de verdad".

El abuelo de Rajoy leyó en el 36 el dato del referéndum sobre el Estatuto
Un redactor bebió dos whiskys para poder grabar una crónica del Casón

Un pequeño cuadro de actores dramatizaba historias aceptables tratadas de modo aceptable en medio de la propaganda franquista. Y la publicidad, siempre en directo, se pagaba por palabra, desde textos mínimos de cinco. Si al cabo del mes el anunciante consumía 1.500, salía cada una a 25 céntimos. "No pida un vermú, pida un martini", peseta y media. "Papelería Compostela, la casa de las estilográficas, cinco calles", 2,25 pesetas. Pepe Domingo Castaño le puso música años después a los anuncios y patentó desde Santiago esa fórmula con la que sigue animando el carrusel cada fin de semana. Algún concesionario de coches mantiene desde entonces los anuncios en virtud de contratos no escritos que se renuevan año a año.

Con la democracia, desconectada ya de los partes obligatorios de Radio Nacional, volvió la emisión en cadena, prohibida por el Movimiento, y la información resucitó en Hora 25 y Matinal Galicia. Los inalámbricos siguieron en la calle ya para transmitir noticias. Encayó el Casón y las cuatro noches sin dormir del equipo desplazado a Fisterra en medio de una falsa amenaza de nube tóxica le valieron a Radio Galicia su primer Premio Ondas. "Fueron días raros, alguien dijo que el barco explotaría y vimos a gente matar cerdos y gallinas y huir", recuerda el técnico de sonido Miguel Varela. A punto de desfallecer, Eladio Meizoso, redactor, se bebió un par de whiskys y las crónicas "algo gangosas" las emitió luego Iñaki Gabilondo.

Tampoco se paró la radio el día en que Jesús Rey Alvite, comentarista habitual, falleció en directo antes de terminar una columna sobre la mendicidad callejera. Con las crónicas del desastre del Prestige y su controvertida gestión política, llegó otra mención especial a la emisora en los Ondas de 2003.

Esos estudios, escuela de periodistas durante décadas, forjaron al actual director de Informativos de la SER, Rodolfo Irago, al corresponsal en Washington, Javier del Pino, y a decenas de profesionales que se reparten por medios de comunicación de todo el país pero que siguen viendo en Radio Galicia su casa. Muchos se reunirán mañana a las ocho de la tarde en el Centro Galego de Arte Contemporáneo de Santiago para celebrar el cumpleaños. La SER ha editado un libro CD con sonidos impactantes de estos 75 años que cierra el desmayo de Fraga como metáfora del desmoronamiento de un régimen. Su director, Javier Otero, anticipa que queda radio para otro tanto. "Ya no es como al principio que la emisora abría una hora al mediodía y otra por la tarde".

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