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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Jan Krugier, coleccionista y comerciante de arte

Fue el galerista que gestionó el legado de Marina Picasso

En el mundo del coleccionismo, Jan Krugier era toda una leyenda del periodo dorado del mercado del arte. Su familia hizo pública en la mañana de ayer la noticia del fallecimiento de este galerista y comerciante de arte el pasado sábado en Ginebra.

Nacido en Radom (Polonia) en 1928, en el seno de una familia judía apasionada por el arte, ya de niño se codeó con artistas como Chagall o Bonnard. La II Guerra Mundial llevó a Krugier al campo de exterminio de Auschwitz. Liberado por las tropas aliadas, fue adoptado por una familia de Zúrich, donde, en 1948, comenzó estudios de Bellas Artes para luego viajar a París antes de casarse con una ginebrina. Se instala así en la ciudad, en la que comienza una carrera de consejero artístico y abre su galería en 1962. Un año más tarde presenta una antológica de Giacometti que le abre las puertas del gran coleccionismo. En 1967 abre una filial de su galería en Nueva York.

Pero el momento de gloria le llegó en 1976, cuando se convirtió en galerista de la colección de Marina Picasso. Según se cuenta en los círculos de iniciados, Krugier ayudó a Pablito, nieto del pintor, tras un intento de suicidio de éste en 1973. También consiguió que el ministro del interior francés pusiera a disposición del nieto del genio un avión para llevarle al hospital. Ese gesto le valió al galerista el reconocimiento de Marina Picasso.

Su relación con España ha sido sólida durante años. Krugier se ocupó en junio de 2006 de la gestión de compra de los 84 dibujos del Cuaderno 7 de Picasso preparatorios para Las señoritas de Aviñón. Fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Málaga por 2,7 millones de euros. Su galería también prestó al Prado la tela L'atelier. En los sesenta fue uno de los valedores del trabajo de Antoni Tápies y más tarde se interesó en la obra de Miquel Barceló.

Por su galería ginebrina, enfrente del que fuera el domicilio de Borges, han pasado Bacon, Balthus, Cézanne, Degas, Basquiat... La colección de Krugier fue expuesta en Venecia, Berlín, Viena y París. Uno de sus colaboradores ha comentado: "Cuando ya no queden personas como Jan Krugier, el comercio de arte se convertirá en un oficio de financistas".

Jan Krugier, en su galería de Ginebra.
Jan Krugier, en su galería de Ginebra.

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