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Reportaje:Undécima jornada de Liga

Un Madrid desquiciado

Los silencios de Schuster irritan al vestuario, su intervencionismo le confunde - En Valladolid tuvo que rectificar su desesperada apuesta por Javi García y Van der Vaart como extremo

Eleonora Giovio

A Bernd Schuster buena parte de su plantilla le recrimina en privado que no dialoga, que se escuda en largos silencios, que no debate nunca sobre cuestiones tácticas. Esta semana, a petición de los capitanes, intervino. Charló durante dos horas y pidió compartir las responsabilidades. Se le invitó a reaccionar y reaccionó. Pero lo hizo de la peor forma porque el equipo que jugó en Valladolid el sábado en nada mejoró al que se había visto contra el Almería, el Málaga, la Juve y el Real Unión de Irún. Está tan angustiado con la imagen de técnico ausente que transmite que en la sala de prensa de Pucela repitió una y otra vez: "He estado de pie todo el partido".

Además de una reacción, el Madrid necesitaba un golpe de efecto el sábado y eso, en la cabeza del técnico alemán, se tradujo en un ataque de nervios. Miró al fondo del vestuario y colocó a Javi García en el centro del campo en perjuicio de Sneijder, el medio con más gol de la plantilla. Sin Van Nistelrooy, no alteró el sistema (4-3-3), aunque para ello Higuaín tuviera que purgar de nuevo como extremo, Van der Vaart situarse como winger postizo y Raúl, que nunca ha sido ariete, enquistarse como tal. El holandés, que ha jugado de media punta toda su vida, se pasó el partido resoplando.

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El planteamiento de Schuster era tan descabellado que él mismo se dio cuenta. Y tuvo que recular. Primero quitó a Van der Vaart (por Sneijder), luego a Marcelo (por Drenthe) y, cuando quedaban diez minutos para el final, a Javi García (por Saviola). En el banquillo sólo quedaban Dudek, dos laterales y Bueno, un canterano. Pero el entrenador del Madrid, que sigue los partidos del filial por la tele, según Miguel Ángel Portugal, miembro de la secretaría técnica, no cuenta con el vivero de Valdebebas. Ni en los momentos de extrema necesidad recurre a los jóvenes, aunque sea como un reactivo. Bueno, media punta del Castilla, el único jugador que no vive con el grupo a diario, que no se ha contagiado de la dejadez que sufre el equipo y que podría haber aportado algo de frescura, permaneció sentado en el banquillo. Y eso que el viernes Schuster dijo que el canterano era una "buena opción" para Valladolid.

La charla entre los jugadores y el técnico y el ambiente de optimismo que todos se empeñaron en transmitir a lo largo de la semana no se vieron reflejados en el campo. Schuster lo advirtió: "Ya veremos si están comprometidos". Lo que sonaba a mensaje para presionar a sus jugadores se tradujo en una especie de rendición. La prueba de que nada ha cambiado es la frase que exclamó, impotente, tras el gol de Canobbio: "Es siempre lo mismo". Y, efectivamente, Heinze entrega el carril izquierdo, los centrales y Gago acercan su trasero a la portería de Casillas y el Canobbio de turno dispara libre de marcaje.

El equipo vive en un estado de desquiciamiento colectivo y el técnico, que se supone debería levantar el ánimo de la tropa, ha bajado los brazos desde hace meses. Por mucho que asegure al presidente, Ramón Calderón, que puede con todo, el día a día cuestiona su mensaje. Schuster lanzó una serie de quejas que ni el presidente ni la dirección deportiva quisieron ver. Primero fue en Irdning (Austria) durante la pretemporada. "Aquí nadie me dice nada en tema de fichajes", se quejó el técnico. En el partido de ida de la Supercopa española, en Valencia, sentó a Ramos en el banquillo para demostrar que Míchel Salgado, un veterano de 33 años, era el único recambio en el lateral derecho. Dos semanas después, en A Coruña, irrumpió en la sala de prensa diciendo: "Yo miré a la izquierda en el banquillo y no había nadie". Había sustituido a Raúl por Drenthe.

Con Pepe y Van Nistelrooy en plenitud y algunos apuntes de Robben, el alemán ha aguantado. Eso sí, a su manera, lamentándose por los arbitrajes, acusando a la prensa de malinterpretar sus palabras y haciendo cortes de manga. Ahora parece haber tocado fondo, sentirse impotente por la dejadez del club durante el pasado verano. Su malestar con la institución le ha bloqueado y en la plantilla se observa un desquiciamiento general. En Valladolid fue elocuente: Casillas, el chico tranquilo, pegó un puñetazo involuntario a Javi García y un balonazo a Cannavaro; Higuaín, el más en forma de la plantilla, llegó a pensar que iba a ser sustituido cuando el cuarto árbitro mostró el panel con el 20 (se refería a Canobbio); Heinze se ganó dos tarjetas en dos minutos, y el Madrid acabó la faena con un centro de Saviola a la cabeza de Drenthe. Mayor confusión, imposible.

Sergio Ramos y Cannavaro se lamentan mientras Víctor, al fondo, celebra el gol de Canobbio para el Valladolid.
Sergio Ramos y Cannavaro se lamentan mientras Víctor, al fondo, celebra el gol de Canobbio para el Valladolid.ULY MARTÍN
El Madrid acababa de perder 1-0 en Valladolid y el ambiente estaba caldeado en el túnel de vestuarios. Schuster iba a comparecer en rueda de prensa cuando se cruzó con Iker Casillas.  Ambos se ignoraron. Ni un saludo, ni unas palabras, ni un gesto.Vídeo: AGENCIA ATLAS

Día libre para el técnico y se entrenan cuatro voluntarios

El día después de la eliminación de la Copa del Rey fue el Real Unión quien acudió a entrenarse a los campos de Valdebebas. Ayer, tras la derrota en Valladolid, sólo cuatro voluntarios asomaron por la ciudad deportiva en la jornada libre para el Madrid que había previsto de antemano Bernd Schuster. Tres jugadores lesionados, Pepe, Metzelder y Diarra, y el canterano Javi García.

En la semana de amistosos internacionales, Schuster había decidido conceder dos días libres a la plantilla. No contaba con la derrota contra el Valladolid, claro. A Pedja Mijatovic, director deportivo, no le pareció una buena idea. Tanto que el sábado bajó a los vestuarios del equipo y pidió al técnico que cambiara de plan para los próximos días. Y éste lo cambió a medias. Habría entrenamiento, sí, pero voluntario.

A la cita acudieron cuatro jugadores y tres de ellos están siguiendo un plan de recuperación. Lo hicieron sin la presencia de Schuster. El alemán también se tomó el día libre.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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