Messi ya pasa
Los técnicos y compañeros del delantero del Barça alaban los nuevos registros de su juego
Leo Messi se hace mayor cada vez que coge la pelota. En cada regate, en cada pase. Y cada vez pasa más. No sólo lo parece: lo saben sus compañeros y lo demuestran los números. En el curso anterior, Messi pasó la pelota 1.106 veces en los 26 partidos de Liga en los que participó. Marcó seis goles y dio dos asistencias en la última temporada con Frank Rijkaard y Ronaldinho. Con Pep Guardiola, Messi ha participado en nueve de las diez jornadas de Liga, ha marcado seis goles (dos de penalti) y ha entregado la pelota a un compañero en 416 oportunidades. Messi dio diez asistencias el curso pasado y lleva dos en el actual, pero ha participado en 20 jugadas que terminaron en gol. "Yo sólo le pedía que jugara más cerca del área", dice Guardiola. "No pienso colgarme ninguna medalla. Es Messi quien me hace bueno a mí como entrenador, no yo a él como futbolista", concluye.
Guardiola: "Sólo le pedía que jugara más cerca del área. Él me hace bueno a mí"
Xavi: "Ha cambiado, claro, en los últimos cinco años. Ahora es el mejor"
"Leo es muy listo. Parece que no está, pero se queda con todo", sostiene Juan Carlos Unzue. El técnico navarro vio llegar a La Pulga al vestuario hace cinco años, justo el 16 de noviembre de 2003, en un amistoso jugado en Oporto, y le ha visto progresar hasta convertirse en un futbolista "mucho más completo". "Cada año ha dado un paso adelante porque es impresionante, una esponja asimilando ideas", explica el preparador de porteros. La idea la comparte Eusebio Sacristán, que abandonó el cuerpo técnico el 30 de junio pasado. "Sin duda, cada vez entiende mejor el juego de conjunto", reconoce Eusebio antes de confesar que ignora si el paso adelante que ha dado Messi es por "una indicación de Pep o por una evolución natural, porque, al ser muy joven, madura día a día". Para Eusebio, "Messi ha sumado a su espectacular talento para el regate una gran visión para el pase, lo que le convierte en un jugador aún más determinante en el juego del equipo".
"Han pasado muchas cosas", dice Messi al evaluar lo sucedido desde su debut hace cinco años. "Las Ligas y la Copa de Europa son mis mejores momentos porque siempre antepongo la victoria del equipo a lo personal", asegura. En este tiempo, ha cambiado el Barcelona de entrenador -"Rijkaard es una persona trascendental en mi vida, siempre le recordaré con gratitud", advierte- y ha cambiado él, aunque lo niegue. "Juego igual", afirma. "Sigo haciendo lo mismo de siempre. Siempre trato de hacer lo que sé y ser útil al equipo", explica. "Tengo una manera de jugar. Siempre he jugado igual. Si puedo pasar, paso; si puedo driblar, driblo", comenta al dar respuesta a los números -lleva casi la mitad de pases del curso pasado habiendo jugado sólo el 20% de los partidos- y encarar una evidencia: su juego es más combinativo.
"El dato puede resumir las sensaciones", razona Txiki Begiristain, que considera una evolución lógica el hecho de que Messi mezcle cada vez más: "Su juego tiene más aspectos que el regate y, como lo ve y sabe que hacen mucho daño, los explota". Para el director deportivo, "es una cuestión de edad" y no tiene nada que ver con la ausencia de Ronaldinho, el tercer jugador con el que más combinó el argentino, por detrás de Xavi y Deco. Tal era la insistencia de Messi en buscar al brasileño que Rijkaard tuvo que llamarle la atención al respecto. En el Barcelona se da por hecho que la salida de Ronaldinho le ha venido bien. "Le respetaba tanto que nunca habría hecho nada para pasar por delante de Ronie", sostienen algunas fuentes del vestuario. "Es como si le hubieran quitado un tapón. Futbolísticamente, se ha liberado. Ya no vive a la sombra de su hermano mayor", insisten.
"Claro que ha cambiado. Ahora es el mejor", zanja Xavi, que niega que eso tenga algo que ver con la salida de Ronaldinho, pero reconoce que ha subido un peldaño más del año pasado al actual. "Cada vez es más determinante en el juego y combina más. Es muy pillo y no se le pasa ni una. Sabe cómo hacer daño", argumenta Xavi. "Tiene 21 años y es mejor jugador cada día porque sigue aprendiendo", ahonda Puyol al evaluar la evolución de Messi; "lo que no sé es dónde está su techo, pero crecerá más, seguro. Es muy bueno y muy joven". "Y muy listo", reitera Unzue. "Él escucha lo que Guardiola quiere que haga para el equipo y, sin necesidad de que se le den más instrucciones, ya sabe cómo jugar para que el Barça salga beneficiado", razona el de Pamplona.
Es muy probable que el hecho de que cada vez mezcle mejor con sus compañeros se deba antes a un crecimiento futbolístico y a un nuevo concepto de juego implantado por Guardiola que a un cambio en la alimentación como apuntan algunos medios. "Como pescado desde que llegué a Barcelona, cuando tenía 11 años", asegura Messi, al paso de las declaraciones que le atribuyó una revista alemana la pasada semana. De hecho, el pescado fue básico en el tratamiento de su crecimiento por su aporte proteínico. Es cierto, sin embargo, que, tras la lesión en el bíceps femoral de la pasada temporada, la tercera en el mismo músculo desde que llegó al Barcelona, ha restringido el consumo de carne roja y aumentado las horas de reposo tras los entrenamientos, que cada ve son más personalizados. "Físicamente, ha crecido mucho en estos cinco años", indican los servicios médicos, que asumen que, por su explosividad, es un jugador con mayor riesgo de lesiones musculares que otros, lo que exige personalizar los entrenamientos. "Messi está fuerte", aseguró ayer su entrenador.
Cinco años después de su estreno con el primer equipo del Barcelona, Huelva y el Recreativo esperan hoy (21.00, Canal +) a la nueva Pulga.
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