Olas gigantes, vértigo y pirañas
El griterío de los leones marinos y los chillidos de los bañistas se combinan en el Siam Park de Costa Adeje
Siam Park, inaugurado en septiembre pasado en el sur de Tenerife, se presenta como uno de los parques temáticos de atracciones acuáticas más espectaculares de Europa. Pero aunque lo que se pretende es que el visitante se sienta por unas horas como por Tailandia en flotador, éste vivirá una experiencia más cercana a la de un índice bursátil en plena crisis económica mundial gracias a las vertiginosas pendientes de sus ocho kilómetros de toboganes. ¿Quién dijo Tailandia? Es el turismo del crash bursátil.
En la Torre del Poder sientes el mayor desplome de tu historia en bañador. Te colocas boca arriba, pies y brazos cruzados, en lo alto de un tobogán de 28 metros de altura y 66 grados de inclinación. Una socorrista hace las veces de hipoteca tóxica y te empuja mientras buscas una inyección de confianza en el horizonte del Atlántico que tienes delante. Cierras los ojos. Caes a 50 kilómetros por hora. Pulverizas tus límites cuando atraviesas como un misil submarino un acuario gigante entre pirañas rojas y negras que asisten indiferentes a tu batacazo. En dos segundos se hace la luz. Sales tambaleante de la piscina de recepción. Otro socorrista, bajo palio, te ordena salir. ¿Acabó tu viernes negro? No tiene por qué. Vuelves a subir los 200 escalones que te llevan a lo más alto. Ahora te prometes no cerrar los ojos cuando te derrumbes por segunda vez.
La Torre del Poder es la atracción más espectacular de este recinto de 145.000 metros cuadrados propiedad de la familia Kiessling, dueños también del zoológico Loro Parque en el norte de la isla. Es impresionante observar pasar a los torpedos humanos desde los ventanales de la pecera gigante que pronto albergará también aligátores. Bajo el mismo acuario cruzan también los usuarios del Río Lento, atracción de 1,3 kilómetros de largo que recorre en calma la zona baja del parque. Ideal para disfrutarla en pareja, aunque sin confiarse. El Río Lento, como toda aventura que se precie, guarda también sorpresas en forma de traicioneros rápidos.
Entre estas dos sensaciones de riesgo radicalmente opuestas navega el Siam Park, instalaciones que destacan por su esmerada ambientación a base de una convulsa malla de plantas tropicales -entre las que no faltan los endemismos canarios- y una esmerada decoración inspirada en el antiguo reino de Siam, para cuya ejecución fueron consultados expertos tailandeses. El 85% de la superficie del parque es vegetación, con más de 130 especies distintas de plantas. Entre ellas, 6.000 palmeras, ficus enanos, flamboyanes, califas, adelfas de flor rosada, hibiscos, naranjeros, papayeros, mangos, yucas e iridiscentes plataneras. Todos sus elementos están pintados a mano. La decoración resulta especialmente virtuosa en el Mercado Flotante, zona comercial cuyas tiendas se sostienen sobre una pantalla de agua por la que se deslizan carpas pardas.
Carpinteros tailandeses
Los 11 carpinteros que tallaron las maderas viajaron expresamente desde el país asiático. Sus característicos tejados están rematados con cristales reciclados y polvos de plata, sílice y oro. En esta zona hay tiendas de ropa, comida y souvenirs tailandeses, entre los que destacan las orquídeas artificiales para el pelo. Fuera de este espacio dispone de una droguería, dos restaurantes y un bar. En Siam Park trabajan unas 200 personas, de los que 70 son socorristas. El parque incluye enfermería y un médico permanente. Probablemente, no hay lugar de Tailandia más seguro en el mundo.
Nada más pasar las taquillas, el griterío bronco de 17 leones marinos sorprende a los visitantes. Frente a ellos, una réplica de tres metros de alto de Sunny, dragón rojo con gafas de sol que es la mascota del parque. Es pronto aún para escuchar los chillidos histéricos de bañistas al borde del colapso que traen a la memoria las imágenes de adolescentes en un concierto de los Beatles. El otro sonido que acompaña al visitante es una combinación de música chill-out y comercial. Tras los leones marinos, una escultura a tamaño real de un elefante tailandés de la suerte recibe a quien se acerque. Es la fotografía -seis euros- oficial del parque. Siam Park tiene capacidad para 7.500 personas. Ingleses y rusos se llevan la palma. Los fines de semana, la lista la completan los residentes, que se caracterizan por llevar los trajes de baño más diminutos. Quizá prueba inequívoca de la llegada a España de la recesión.
Entre las atracciones más osadas se encuentra El Gigante, en cuya enorme cabeza de 11 metros de alto por 8,5 de diámetro experimentas la convulsión de un mosquito al caer por un sumidero. También El Dragón, presidida por una gigantesca figura de 24 por 76 metros y una terrorífica caída en la oronda panza del bicho mitológico. Las atracciones Vulcano y Mekong Rapids se cuentan en el mismo grupo. Te enamoras de ellas, aunque, en vez de mariposas en el estómago, aquí sientas en la barriga el tortuoso zumbido de un enjambre.
Intensa vegetación
Pero el parque cuenta también con atracciones para quienes no busquen explorar sus límites. Es el caso del Jungle Snake, cuyos cuatro toboganes verdes -todos distintos- reptan en medio de una intensa vegetación. O el Naga Racer, seis carriles en paralelo que descienden a modo de escalera de tres peldaños. Atención al bello pasamanos en forma de naga, la serpierte mitológica. O Lost City, para el disfrute de los más pequeños, una amalgama de toboganes entre múltiples chorros de agua, que tienen su punto culminante cuando la enorme cabeza de mono que la preside desborda su caudal de agua sobre quien pille debajo. Ocurre cada cuatro minutos.
El Palacio de las Olas merece mención aparte. Son tres cúpulas en la cabecera de una piscina del tamaño de un campo de fútbol con una técnica capaz de producir la mayor ola artificial del mundo (3,4 metros) gracias al estruendo simultáneo de 700.000 litros de agua en caída libre. Su orilla es una playa artificial con 1.200 tumbonas sobre arena blanca traída del Algarve. Ideal para disfrutar del sol sin batacazos. Incluye la posibilidad de alquilar tres pequeñas cabañas VIP dotadas con minibar, televisión e Internet. Fuera del horario habitual de apertura es posible alquilar la playa para practicar surf o celebrar fiestas privadas.
Al atardecer, un centenar de gaviotas se posa sobre la acogedora lámina de agua dulce de la playa. Son los únicos seres vivos que ni cobran ni pagan por estar en el parque. La abandonarán cuando, a las diez de la mañana del día siguiente, vuelva a rugir la marabunta. Desde el cielo observarán con perplejidad a esta extraña colonia de hormigas ataviadas con bañadores de mil colores que circula en aparente colapso, pidiendo auxilio mientras sienten el duro embate de unos fabulosos toboganes.
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Guía
Visitas
» Siam park (902 06 00 00. www.siampark.net). Salida 29 de la autopista TF-1, dirección Sur. Costa Adeje. Abre de lunes a domingo, de 10.00 a 17.00. Hasta las 18.00, entre el 30 de marzo y el 21 de octubre. Entrada, 28 euros (residentes en Canarias, 25). Cabañas VIP, 400 euros por día.
» Tenerife Espacio de las Artes (922 84 90 57; www.teatenerife.es). Avenida de San Sebastián, 10. Santa Cruz de Tenerife. De martes a domingo, de 10.00 a 20.00. Cierra lunes no festivos. Las salas de lectura abren las 24 horas. Entrada, 5 euros (residentes, 2,50). Menores de 27 años y mayores de 65, 1 euros.
» Loro Parque (922 37 38 41. www.loroparque.com) Avenida del Loro Parque, s/n. Puerto de la Cruz. Todos los días del año, de 8.30 a 18.45. Entrada, 31 euros. Niños de 6 a 12 años, 20. Residentes: 19 (adulto) y 12 euros (infantil). Discovery Tour, 8 euros.
» Pueblo Chico (922 33 40 60; www.pueblochico.com). Camino Cruz de los Martillos, 62. La Orotava. Abre todos los días del año, de 9.00 a 18.00. Entrada, 12,50 euros. Niños de 4 a 11 años, 6,50 euros. Residentes, 8,50 (adultos) y 5 euros (infantil).
» Lago Martiánez (922 38 59 55). Puerto de la Cruz. De lunes a viernes, de 10.00 a 18.00 (no permiten la entrada a partir de las 17.00). Entrada, 3,50 euros. Niños hasta 10 años, 1,20. El precio incluye el alquiler de la tumbona. Jacuzzi: 1 euro. Sombrillas: 1,50.
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