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OPINIÓN
Columna
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El gran enemigo

Joaquín Estefanía

Las series históricas en España manifiestan sin ambigüedad la relación del paro con el ciclo económico: el desempleo crece con mucha rapidez en la fase recesiva y desciende con mucha más lentitud cuando la economía se expande. En estos momentos estamos, sin duda, en el grado superlativo de la primera situación.

Los últimos datos del desempleo publicados, siguiendo su secuencia temporal, ponen en funcionamiento todas las señales de alarma roja. La semana pasada se conoció la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre del año. De ella se desprenden tres rasgos por encima de los demás: primero, en los últimos 12 meses, el paro ha crecido por encima de las 800.000 personas, hasta situarse en los 2,6 millones de ciudadanos, un 11,3% de la población activa; como la EPA es una media del periodo en cuestión, puede deducirse que a finales del mismo (mes de septiembre) el paro estaba más cerca del 12% que de otro porcentaje. Segundo, además de aumentar el paro, se está destruyendo empleo: 164.000 puestos de trabajo en el último año, de los cuales casi 79.000 corresponden al tercer trimestre. Tercero, excepto en el sector servicios, que aún conserva un hilito de dinamismo, el paro se incrementa en todos los capítulos y no sólo en la construcción.

El paro aumenta mucho en España en periodos recesivos como el actual, pero disminuye con lentitud en la bonanza

Pocos días después se conoció el paro registrado en las oficinas del Ministerio de Trabajo correspondiente al mes de octubre. Las cifras eran aún peores (y están elaboradas con distinta metodología que las de la EPA: estas últimas son una encuesta; las del Instituto Nacional de Empleo, un registro): 192.000 nuevos parados -6.400 por día, como media-, lo que demuestra el extraordinario ajuste de los costes laborales que están haciendo las empresas para sobrevivir a la crisis económica. Nunca, desde que existe esta estadística, había crecido tanto el desempleo en un mes de octubre. Según el INEM, el paro asciende a 2,8 millones de ciudadanos, y en el último año se han perdido 770.000 empleos.

Más allá de las previsiones oficiales, que pocos creen a estas alturas, los estudiosos más pesimistas habían apuntado -antes de conocerse la EPA y el paro registrado- la posibilidad de un porcentaje de desempleo para el año 2009 del 14,5% de la población activa, y un 16% (cerca de cuatro millones de parados), un año después. En conversaciones privadas, esos mismos coyunturalistas creen que pueden haberse quedado cortos, pero temen ser acusados de catastrofistas.

Las proyecciones de las organizaciones multilaterales sobre la evolución de la economía española pintan un paisaje muy oscuro. Las que hacía pública la Comisión Europea indicaban que la economía de la zona euro, a la que pertenece nuestro país, registrará al menos nueve meses de decrecimiento. Pero señalan para España que tras esa coyuntura vendrá otra de crecimiento cero durante siete trimestres más. Casi dos años añadidos. -

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