El Guggenheim compró a medias con Nueva York una gran obra de Rauschenberg

El Museo Guggenheim de Bilbao compró en 1997 una obra de arte del estadounidense Robert Rauschenberg para su colección propia, a medias con la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York, según reveló ayer el PP. Arturo Aldecoa, apoderado de este grupo en las Juntas Generales de Vizcaya, informó de que el asesor artístico del museo bilbaíno en aquella época, Javier González de Durana, desaconsejó la adquisición del cuadro debido a sus grandes dimensiones y la fórmula de compra empleada: al 50% con la fundación propietaria de la marca Guggenheim.

La obra de adquirida de Rauschenberg (1925-2008) es el cuadro titulado Barge, realizado en 1963 por el artista estadounidense pionero del pop-art. Tiene un tamaño de 2 metros de alto por casi 10 de ancho.

Tras advertir que la Solomon R. Guggenheim Foundation de Nueva York sólo es un "socio temporal" del Guggenheim Bilbao, González de Durana señaló en su informe que esa fórmula de compra compartida suponía un caso "inusual y atípico (no conozco casos similares en otros museos)", que impone "fuertes limitaciones" en el caso de "una venta futura" de la obra por parte de alguno de los dos propietarios.

El informe de González de Durana criticaba también que se compraran obras de gran tamaño no por su calidad artística, sino por adecuarse a las dimensiones de las salas de exposición, señaló Aldecoa.

Colección Panza

El juntero del PP aseguró que esta misma fórmula estuvo a punto de ser utilizada en 2004, aunque en este caso no se trataba de adquirir una única obra, sino un conjunto de ellas, la Colección Panza, propiedad del Deustche Bank, de cuya titularidad quiso desprenderse el banco alemán en esa época. La adquisición de la mitad de la propiedad de la Colección Panza (el otro 50% está en manos de la Fundación Guggenheim de Nueva York) se frustró finalmente cuando el banco intentó modificar las condiciones de compra pactadas inicialmente.

Aldecoa criticó que los responsables del Guggenheim de Bilbao no hayan defendido con suficiente rigor los intereses de la pinacoteca y el dinero público con que se adquieren las obras para su colección propia. Tras advertir de que puede volver a darse el "riesgo" de que realicen nuevas adquisiciones compartidas, anunció que su grupo va a vigilar el empleo que se da al fondo de seis millones de euros que las instituciones vascas aportan anualmente para la compra de obras para la colección propia.