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Bugallo destituye a su 'número dos' de la Consellería de Cultura

Quintana afirma que el BNG "respeta" la decisión, contestada por otros dirigentes

La conselleira de Cultura, la nacionalista Ánxela Bugallo destituyó ayer a Carlos Amoedo, hasta ahora número dos de su departamento, alegando una "reestructuración de equipos" tras la aprobación del proyecto de Presupuestos para 2009. Amoedo perdió "la confianza de la conselleira", según fuentes de Cultura, que no quisieron concretar los motivos que la han provocado. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, también reconoció tras el Consello que el secretario general había perdido la confianza de la conselleira. El portavoz parlamentario del Bloque, Carlos Aymerich, quiso minimizar lo ocurrido atribuyendo "cansancio" a Amoedo y considerando "normal" que estas cosas ocurran. Para sustituirle los meses que faltan hasta las elecciones, Bugallo ha elegido al hasta ahora delegado de Cultura en Ourense, el museólogo Xosé Carlos Sierra.

La destitución se produce a pocos meses de las elecciones

Anxo Quintana, vicepresidente de la Xunta y portavoz nacional del Bloque, asegura que dejó en manos de la conselleira la decisión después de que se la consultase. "Es tu competencia y tu responsabilidad", le respondió Quintana cuando fue consultadoayer, como máximo responsable nacionalista, afirmó que "el BNG respeta esta decisión".

Fuentes de la UPG, la formación hegemónica dentro del Bloque, que prefieren mantener el anonimato, aseguran, sin embargo, que, con su decisión, Bugallo desafía al BNG porque la destitución no cuenta con el aval de la Executiva nacionalista. Las mismas fuentes de la UPG aseguran que Bugallo destituyó al secretario general "después de que éste se negara a respaldar una aportación de 12 millones de euros en fondos públicos para" la fundación que gestionará la Cidade da Cultura, mayoritariamente privada. Amoedo, que ayer no atendió las llamadas de este diario, "cumplía un mandato expreso de la dirección del Bloque", contraria al modelo de explotación de la Cidade da Cultura que defiende Bugallo porque lo consideran inspirada por el presidente Emilio Pérez Touriño.

El BNG reunirá hoy a su Consello Nacional. En este órgano o en la próxima Executiva, la UPG cuestionará la destitución, que pone a prueba las relaciones entre la parte nacionalista de la Xunta y el Bloque.

La titular de Cultura forma parte de la dirección del Bloque, en la que ocupa la secretaría de Formación. Identificada con el quintanismo desde que entró en el Parlamento como número dos del BNG por A Coruña, políticamente procede de Unidade Galega, la formación de Camilo Nogueira que se disolvió en 2003, nueve años después de su ingreso en el Bloque. Sin embargo, distintas fuentes aseguran que, apenas un año después de su llegada al Gobierno, se distanció de Quintana. En la actualidad carece de apoyo orgánico.

La constitución de la Fundación Cidade da Cultura acumula retrasos desde el pasado verano. Su futuro presidente, Juan Manuel Urgoiti, que compatibilizará el cargo con la presidencia del Banco Gallego y el consejo de administración de Inditex, reconoció a finales de septiembre la existencia de dificultades para determinar la composición del patronato y la participación de las empresas privadas convocadas a participar en el proyecto.

La nueva Fundación Cidade da Cultura tiene previsto arrancar con una dotación de 25 millones, (un 51% de capital privado y un 49% público). En ella la Xunta pretende contar con Caixanova, R, Banco Gallego, Caixa Galicia, Inditex, Unión Fenosa e Inveravante. Adoptará una estructura con 25 miembros, entre ellos un director general.

El complejo se gestionará a través de dos fundaciones, que compartirán sede y trabajarán "coordinadamente". Bajo la actual fundación, sostenida con fondos de los presupuestos autonómicos, quedará la propiedad de todo el complejo arquitectónico, y la gestión de los servicios de la Biblioteca, el Arquivo y el Museo de Galicia. La nueva fundación se constituirá con fondos públicos y privados para explotar comercialmente el macrocomplejo arquitectónico e intentar hacerlo rentable.

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