Solo para la danza

Tres piezas cortas coreografiadas por el consagrado Santiago Sempere, el francés Eric Marchal y por la bailarina valenciana Cristina Cabo se muestran este fin de semana en el Teatro Gran Cielo, un escenario recién acondicionado que se ha convertido en el único de Valencia exclusivamente dedicado a los espectáculos de danza. El arte del cuerpo en movimiento ha encontrado de esta manera cobijo en la ciudad para ofrecer espectáculos que quizá no tendrían cabida en ningún otro escenario.

Tras años de preparación del teatro, una experiencia como academia de danza y sala alternativa, y una reciente reforma, el Teatro Gran Cielo, en la céntrica calle del Padre Jofre, es fruto del empeño obstinado de Cristina Cabo, que se propuso crear un espacio de pequeñas dimensiones "para tener a la gente muy cerca, para que el escenario no esté lejos del público y así el intercambio entre el intérprete y el espectador sea más próximo". Y lo ha conseguido, un pequeño local de apenas 300 metros cuadrados, antes dedicado a laboratorio de especialidades farmacéuticas y luego a casa de antigüedades, apto para solo 100 espectadores y que ofrece arte en movimiento todas las semanas. Los precios, muy ajustados, 10 euros por velada.

Sempere, Marchal y Cabo estrenan tres coreografías este fin de semana

"Si te dedicas a la danza en España, o te conformas con hacer 20 o 30 actuaciones al año, y eso en las compañías más potentes, o tienes que emigrar al extranjero", asegura Cristina Cabo, valenciana de 34 años, que ha dedicado a la danza más de 20 años de su vida. Bailarina profesional en la compañía Bojnami Danza, de Eva Bertomeu, también se formó en Stuttgart y en Nueva York. "Cuando me hago profesional me doy cuenta de la realidad y es cuando decido crear un teatro especializado en danza". Para Cabo, la danza contemporánea es una asignatura pendiente. "En el franquismo solo se promovían los bailes regionales y nuestras madres son herederas de esa cultura, la mayoría de la gente no conoce la danza contemporánea", explica. Una situación muy distinta en otros países europeos, con décadas de tradición.

El Teatro Gran Cielo también es academia de danza y sede de la Compañía La Cabo, en la que Cristina despliega su técnica y su creatividad. Y cuida además a los más pequeños con espectáculos infantiles, que se añaden a los talleres didácticos. Pese a no tener todavía subvenciones, a las que espera acceder en 2009, Cabo ha levantado su escenario con mucho esfuerzo y la ayuda de Salvador Creus, como director técnico, y Anabel·la Martínez, como creativa.

Este fin de semana es especial para Cristina Cabo puesto que ofrecerá en el espectáculo Tres su coreografía 365 junto a Hépaistos, el cojo, de Marchal, y Viaje de invierno, de Sempere, el bailarín valenciano afincado en París que tantos consejos le ha dado. Y para finales de mes, ofrecerán su arte Marina Donderis (Ella, días 21, 22 y 23) y María Carbonell (Ki, días 29 y 30). El objetivo es que el cuerpo sea el verdadero perpetuum mobile.