Una ciudad relajada e 'indie'
Una ruta que desvela muchas de las sorpresas que esconde la capital chilena: arte de vanguardia, el divertido Mercado Central o sus típicos bocadillos de queso y carne con nombre de presidente
Santiago de Chile bien podría ser una ciudad ubicada en el programa virtual Second Life: su posición geográfica, que la mantiene aislada entre el Pacífico y la cordillera de los Andes (en un día despejado se distinguen perfectamente las gigantescas montañas al fondo), otorga a la capital chilena una actitud extrañamente relajada e indie, como si asumiera que el resto del mundo no se va a enterar de lo que suceda por allí. Quizá sea ésa la razón por la que cuentan con entornos que nos teletransportan inmediatamente a Canterbury o York, como la minicalle comercial General Holley, en el barrio Providencia, constituida únicamente por casitas de estilo Tudor, o el popularísimo restaurante Lomit's (avenida de la Providencia, 1980. Abre todos los días, de 10.00 a 1.30), que parece estar enclavado en el cogollito de Austria a causa de sus manteles rojos y sus característicos muebles tiroleses, pero que sirve los muy chilenos Barros Luco, bocadillos de carne y queso fundido que toman su nombre de un ex presidente de principios del siglo pasado. Santiago parece asumir que no es una megalópolis y que sus visitantes sólo están en ella de paso, antes o después de dirigirse a Valparaíso, Atacama o Chiloé, de ahí que ofrezca sin aspavientos sus curiosidades y atractivos, que son muchos si se saben descubrir.
9.00
Café con letras
El país de los nobelizados Gabriela Mistral y Pablo Neruda nos invita a empezar el día entre libros: el lugar elegido para desayunar es el Café Literario de Providencia
(1) (avenida de la Providencia, 410. www.providencia.cl/cafe), un interesante edificio-caja de hormigón y cristal con cierto aroma a Van der Rohe donde se pueden hojear libros -también funciona como biblioteca pública- mientras uno se toma un cafetito tras las cristaleras, que nos permiten ver el parque Bustamante.
11.00
Alrededor del cerro
Ya que no tenemos perfil ni talante de andinistas, conformémonos con subir a uno de los dos cerros principales de la ciudad. El más domesticado y cuco es el de Santa Lucía (2), con su cañoncito y sus fuentecitas y escaleras historiadas. Si al llegar arriba nos queda todavía algo de resuello, disfrutaremos de las vistas de la ciudad. Tras admirarlas se impone un poco más de cultura: nada más bajar del cerro, en la plaza de Mulato Gil de Castro, encontramos el Museo de Artes Visuales o MAVI
(3) (José Victorino Lastarria, 307. Plaza de Mulato Gil de Castro. 0056 26 38 35 02; www.mavi.cl. Abre de martes a domingo, de 10.30 a 18.30. Entrada, 1,20 euros), que posee una enorme colección de plástica chilena contemporánea. Podemos combinar la visita al museo con un pequeño momento de consumo en su apacible entorno de casitas bajas, algunas con balconadas de madera que impregnan la zona de una ruralidad bastante pintoresca: por allí abundan tiendas de diseño chileno como Caldo Bazar (José Victorino Lastarria, 307. Tienda 1, 2º piso. www.caldobazar.cl) o Ají (José Victorino Lastarria 316, altos). El café hay que tomarlo por fuerza en el Observatorio de Lastarria
(4) (Villavicencio, 395. www.elobservatorio.cl), y así echarle un vistazo a alguno de los productos de artesanía andina estilizada que también venden en su tienda-galería, y asistir a alguna de sus exposiciones o eventos artísticos.
14.00
Comida marinera
A estas horas ya nos habremos dado cuenta de que la calle de Lastarria es un punto muy simpático de la ciudad que no dan ganas de abandonar, sobre todo tras descubrir el restaurante Gatopardo (José Victorino Lastarria, 192. 0056 26 33 64 20; www.restaurantgatopardo.cl) que, situado en el interior de una casa de techo altísimo y desaliñado con gracia, incluye un pisco sour en su menú de mediodía. Pero habrá que seguir la ruta y moverse a otras zonas, sobre todo para probar en el lugar idóneo los afamados pescados y mariscos chilenos, de nombres como reineta, pailas, machas o locos. Nos referimos al Mercado Central (5), cuyo ambiente (y olor a pescado) nada pretencioso nos saca por un momento del concepto "tendencias", cosa que agradecemos. Una vez allí, cualquier santiaguino al que se le pregunte nos recomendará la marisquería Donde Augusto (locales 66-166. www.dondeaugusto.cl), quizá porque sus 20 años de presencia en el mercado avalan su calidad.
17.00
Releer la memoria
Lamentablemente, todos conocemos lo ocurrido en septiembre de 1973 en el Palacio de la Moneda de Santiago, de aquí que el lugar se convierta en un destino ineludible para cualquier visitante. Quizá con el fin de exorcizar los malos recuerdos ha nacido el Centro Cultural Palacio de la Moneda (6) (plaza de la Ciudadanía, nivel 1. www.ccplm.cl. De lunes a domingo, de 10 a 19.30. Entrada a exposiciones, 0,70 euros. Entrada gratuita a las exposiciones de lunes a viernes, de 10.00 a 12.00), un enorme espacio subterráneo cuyo logo de circulitos posee resonancias del Braille. Allí se encuentra la cineteca nacional, así como salas de exposiciones y una sucursal nueva de la clasiquísima confitería Torres (7)
muy distinta estéticamente a la añeja sede central (Alameda O'Higgins, 1570; www.confiteriatorres.cl).
19.00
Vanguardia en una vieja nave
¿Un poco más de cultura? Vayamos entonces hacia el barrio o comuna llamado Estación central. Cerca de ella se encuentra Matucana 100
(8) (avenida de Matucana, 100. www.m100.cl), un centro artístico de vanguardia, de aire brooklynita o berlinés, inaugurado en 2001. Construido en lo que fue una enorme nave industrial de la avenida que le da nombre, allí se puede ver teatro, cine, asistir a conciertos o a cualquier otro tipo de manifestación artística contemporánea. Justo enfrente está la Biblioteca de Santiago (avenida de Matucana, 151. De martes a viernes, de 11.00 a 20.30. Fines de semana, de 11.00 a 17.00), cuyo edificio de los años treinta, ornamentado en el siglo XXI por una cortina de vidrio con letras y fórmulas matemáticas grabadas, nos invita a entrar, ya sea para consultar libros o revistas o para descansar en su cafetería.
20.00
Bullicio colorido
Los colorines del barrio Bellavista, con razón el más turístico y antaño bohemio de la ciudad, son su mejor reclamo. Allí podemos desde escuchar jazz en El Perseguidor (Antonia López de Bello, 116. www.elperseguidor.cl) y música popular en La Casa en el Aire (Antonia López de Bello, 125. www.lacasaenelaire.cl), hasta comprar ropa de diseñadores locales en el bar Salón 140 (Constitución, 140. www.salon140.cl), o visitar La Chascona (9) (Fernando Márquez de La Plata, 192. 0056 27 77 87 41; www.fundacionneruda.org. De martes a domingo, de 10.00 a 18.00. Visita guiada, tres euros. Imprescindible reservar), una de las casas de Pablo Neruda. Para cenar recurramos a la consabida palabra fusión, pero esta vez sin Asia de por medio: Santería (Chucre Manzur, 1. 0056 27 32 93 16. Cierra domingos y lunes) ofrece fusión latinoamericana de primera en recetas donde la quinoa, el choclo o la yuca se mueven a sus anchas. Y si queremos cambiar de zona, Liguria
- - J (Luis Thayer Ojeda, 19. www.liguria.cl) sería el bar-restaurante perfecto para mirar de cerca a la gente guapa santiaguina. Cuenta con tres locales siempre hasta la bandera, decorados tan retro como barrocamente y capaces de crearnos nostalgia hacia un pasado chileno que en realidad no hemos vivido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.