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Virosque: "Las cajas pueden fusionarse con quien quieran"

La Cámara de Valencia no interferirá los planes de Bancaja

Cámara Valencia no ha abordado todavía en su comité ejecutivo la conveniencia o no de que las cajas de ahorro valencianas se planteen una fusión ante los nuevos condicionantes económicos que imprime la crisis. Sin embargo, ayer su presidente, Arturo Virosque, anticipó a este periódico que la entidad no interferirá en los planes que pueda llegar a plantearse Bancaja o cualquier otra entidad valenciana. "A la Cámara le da igual que Bancaja se fusione o no, o que lo haga con la CAM o con una caja de Estrasburgo", explicó, y añadió: "Nuestra posición será apoyar a la caja en lo que decida".

La declaración de Virosque abre una brecha con la posición tutelar de la Cámara de Alicante, que en su plan estratégico Alicante Horizonte 2020, que acaba de presentar, apuesta por las fusiones interregionales, en clara oposición a una posible alianza entre la Caja de Ahorros del Mediterráneo y Bancaja. La CAM informó ayer de que respeta la opinión de la Cámara de Alicante, pero evitó valorarla e insistió en que no tiene prevista ninguna fusión a la vista.

Coepa y la Cámara de Alicante no ven motivo para una fusión CAM-Bancaja

La negativa de los empresarios alicantinos a una fusión entre cajas valencianas no es nueva, aunque sí lo es la renovación de su insistencia en un momento en que el Banco de España ha señalado como inevitable un proceso de reestructuración para bancos y cajas, que incluye fusiones, para poder subsistir a las turbulencias que agita la crisis. Y cuando el mercado ha empezado en ese sentido, con ejemplos como el de Castilla y León, donde seis entidades crearán una sociedad holding que controle la liquidez y solvencia de todas o, el más reciente, la decisión de BBK y Kutxa, que tras su fusión se convertirá en la tercera caja en beneficios de España.

El propio presidente de Cámara Valencia apuntó que "los tiempos han cambiado y habrá fusiones de cajas y de empresas". Las fusiones ahora plantean mayores dificultades que hace 25 años, cuando se inició el proceso, porque en ese trayecto las cajas se han politizado y, a menudo, hay que llevarlas a cabo con entidades de diferentes comunidades, como plantea la Cámara de Alicante, a lo que se oponen frontalmente los políticos ante el posible distinto color de gobierno y la complicada gestión del reparto de representatividades y posibilidades que comporta el control de la entidad.

Ayer la Confederación Empresarial de la Provincia de Alicante (Coepa) reiteró la posición adoptada por su comité ejecutivo al respecto. Así, subrayó que "no existe ningún motivo objetivo para que se produzca una fusión entre la CAM y Bancaja". Esta patronal consideró que de darse la oportunidad de "fusionarse o absorber una caja de otra área y se diesen todas las circunstancias adecuadas, y si es para ganar tamaño y capacidad, no debería de existir ningún problema". Coepa juzga muy importante que "la cuarta provincia de España" en población, "mantenga el centro financiero en Alicante".

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La razón de la posición empresarial alicantina se fundamenta en que la CAM no tendría una posición dominante ante una eventual fusión con Bancaja, lo que le restaría protagonismo en la entidad resultante. Fijado ese parámetro, su preferencia se inclina por otras cajas, como Cajamurcia.

Pese a la inquietud empresarial alicantina, fuentes de Bancaja consideran que una fusión con la CAM no aportaría nada y además plantearía duplicidades de complicada gestión (solapamiento de 1.000 oficinas y 2.000 empleados). Desde el punto de vista de la diversificación de riesgos, los expertos coinciden en señalar que unir las dos grandes cajas valencianas sería un error por la altísima concentración de ladrillo que arrojaría el balance de la entidad fusionada.

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