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Reportaje:

Escuchar la voz de Tabakalera

'De oídas' propone un recorrido por los sonidos emblemáticos de la vieja fábrica de tabaco y la ciudad

Cuando el artista Xabier Erkizia (Lesaka, 1975) escucha aquello de que una imagen vale más que mil palabras, replica enseguida: "Un sonido puede sugerir más de mil imágenes". Su trabajo profundiza en las diferentes direcciones y relaciones de la música y el sonido. Con ese objetivo, y junto a Iñigo Telletxea, ha grabado durante un año los sonidos característicos del edificio de Tabakalera, en San Sebastián, y aquellos no menos característicos de la ciudad que se pueden escuchar desde el inmueble. El resultado es el proyecto De oídas, con el que el visitante podrá experimentar hasta el próximo 20 de diciembre en el marco de la exposición Egiatik. Memoria y futuro de Tabakalera.

El público escucha desde un timbre o una frecuencia hasta la tamborrada

El proyecto se divide en dos partes, sitas en sendas salas. En una, el público encontrará el mapa sonoro de Tabakalera en un dispositivo interactivo. A través de una pantalla táctil, podrá recorrer virtualmente las estancias de la vieja fábrica de tabaco y escuchar tanto los sonidos del propio edificio -el timbre, las tuberías, el reloj o simples frecuencias captadas con micrófonos de contacto- como sonidos emblemáticos de la ciudad escuchados desde allí -el cercano tren, la tamborrada, las gaviotas o los fuegos artificiales-.

"Es un retrato de San Sebastián a través del sonido, escuchado además desde un edificio emblemático", apuntó ayer Erkizia, director del proyecto, durante su presentación. Porque los edificios, como las personas, "tienen su propia voz, su propia marca sonora".

La segunda sala ofrece una interpretación más "personal, abstracta y poética" de los sonidos recopilados por Erkizia y su equipo, del que han formado parte también Xavier Balderas y Enrike Hurtado. Consiste en una especie de "película ciega" que el espectador podrá escuchar sentado en una butaca, sin interactuar y como si estuviera en una sala de cine.

En el filme se intercalan momentos tranquilos, como puede ser el lento caer de gotas de agua, con otros "más intensos", como el estruendo de las tamborradas que inundan San Sebastián cada celebración del 20 de enero. "Hemos querido jugar con eso para reflejar los contrastes con los que uno se puede encontrar al entrar en el edificio de Tabakalera", explicó Erkizia.

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