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Los fieles a Blesa impiden que Aguirre retrase las elecciones en Caja Madrid

El Gobierno madrileño trataba de ganar tiempo para cambiar la ley de cajas

Carlos E. Cué

La batalla política por el control de Caja Madrid sube de tono. Cada uno de los dos bandos enfrentados muestra cada día más claramente sus cartas. Mientras Miguel Blesa, un hombre cercano al PP que fue nombrado por su amigo José María Aznar, se aferra a la presidencia tras 12 años en el poder -teóricamente el máximo legal-, el Gobierno de Esperanza Aguirre despliega su estrategia para relevarlo. Lo quieren quitar, dicen, porque no se ha doblegado a algunas instrucciones políticas de la presidenta y por su mala gestión.

La Comisión de Control de la caja, presidida por Pablo Abejas, fiel a Aguirre, estudió ayer un escrito del consejero de Hacienda de la comunidad, Antonio Beteta, en el que se reclamaba que se retrasen las elecciones de la caja (Blesa ha adelantado el proceso, que comenzará en una asamblea el 10 de noviembre).

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El escrito, según se explicó en la reunión, desvela una de las cartas de Aguirre. Beteta señala que debe retrasarse el proceso porque el Gobierno tiene previsto modificar "en breve" la ley de cajas. Blesa contó con sus apoyos habituales desde que comenzó la batalla: sus consejeros fieles, los representantes de los sindicatos y del ayuntamiento de Madrid -Alberto Ruiz Gallardón ha apostado por el actual presidente, que también cuenta con el apoyo de Mariano Rajoy, gran rival político de Aguirre-.

Así hasta seis de los 12 miembros de la Comisión de Control se pronunciaron contra el escrito de Beteta. Sólo cuatro lo apoyaron (dos fieles de Aguirre y dos socialistas). A pesar de su enfrentamiento con el PP en casi todos los asuntos, el PSOE madrileño está, al menos de momento, con Aguirre en esta pelea contra Blesa, según fuentes de la Asamblea de Madrid.

Otros dos miembros no se pronunciaron. Al comprobar que la iniciativa iba a ser derrotada, Abejas decidió no someterla a votación. La reunión demostró así lo mismo que han reflejado hasta ahora todos los cónclaves centrados sobre este asunto, en especial el último consejo, que convocó las elecciones en medio de una gran tensión y una clarísima división: que al menos de momento, Blesa cuenta con una mayoría para seguir con su estrategia de adelantar las elecciones y lograr ser reelegido presidente a pesar de haber cumplido los 12 años que en principio fija la ley.

En una lectura directa, la ley de cajas de la Comunidad de Madrid, aprobada en 2003, parece muy clara. Sentencia que nadie puede estar más de 12 años en el consejo y la disposición adicional quinta marca una excepción "Los consejeros [...] que ostenten el cargo a la entrada en vigor de la presente ley [es el caso de Blesa], aunque hayan cumplido el período máximo [de 12 años] podrán permanecer en el cargo durante tal mandato y uno más [seis años], si resultaren reelegidos por la representación que ostenten".

Los enemigos de Blesa interpretan que ese "por la representación que ostenten" implica que el presidente sólo puede seguir si es reelegido por su representación, esto es la de la Asamblea de Madrid. Si esto fuera así, Aguirre tendría en sus manos el futuro de Blesa, puesto que con su mayoría absoluta controla todo lo que sucede en la Asamblea. Sin embargo, Blesa tiene, según fuentes de Caja Madrid, hasta tres informes de catedráticos prestigiosos que interpretan esas tres palabras de otra manera. Para ellos, al no poner "la misma representación, el legislador no está exigiendo que sea la que le presentó en ocasiones anteriores".

Las dudas jurídicas han forzado a los fieles de Aguirre a cambiar de estrategia. En el Ejecutivo madrileño hay muchas dudas, pero algunos apuestan claramente por cambiar la ley de cajas para impedir que Blesa siga. Pero su enemigo se ha movido más rápido.

Al adelantar el proceso electoral, Blesa ha dejado al Gobierno sin tiempo para aprobar una reforma de la ley de cajas, ya que tendría que estar aprobada antes del 10 de noviembre, cuando la asamblea de Caja Madrid abrirá oficialmente el proceso. Así se explica la maniobra de ayer, finalmente fallida. Algunos asesores de Aguirre creen que sería posible modificar la ley de cajas incluso después de que comience el proceso y lograr que se pueda aplicar cuando lleguen realmente las elecciones internas en la caja, en marzo. Los fieles de Blesa consideran que eso es jurídicamente imposible.

En cualquier caso, la batalla sigue en pie y las posiciones tan enconadas que algunos de los estrategas de uno y otro bando empiezan a temer que la guerra por el control de Caja Madrid acabe en los tribunales.

Blesa y Aguirre, durante la firma de un acuerdo en julio.
Blesa y Aguirre, durante la firma de un acuerdo en julio.LUIS SEVILLANO

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