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Reportaje:

"Me pillaron confundido y firmé"

Una constructora presiona a 13 familias de Málaga para que dejen sus casas

A Trinidad López se le quiebra la voz y los ojos se le llenan de lágrimas cada vez que se le recuerda el asunto. A sus 70 años, Trinidad se enfrenta a un posible desahucio, pues su hogar, una modesta casa en un corralón conocido como el Pasaje del Rosario en el barrio malagueño de El Palo, y los de otras 12 familias pueden ser derribados en breve para ser sustituidos por un bloque de apartamentos.

Trinidad, que cuida a su hermano discapacitado, lleva "toda la vida" en su vivienda, por la que paga, como el resto de vecinos, una renta antigua que ronda los 70 euros al mes, algo soportable para sus exiguas pensiones. Mientras la finca estaba en manos de su propietario original, las 13 familias que ocupan los números 37, 39 y 43 de la calle Salvador Allende vivían tranquilas. Existía un acuerdo verbal, además de los contratos de alquiler firmados en algunos casos hace más de 50 años, sobre su permanencia en estas casas, cuyos cuidados y reformas han asumido todos estos años en compensación al bajo alquiler. Pero la cosa cambió de golpe hace unas semanas.

La inmobiliaria da un mes de plazo para el desalojo de las viviendas
Los vecinos pagan una renta antigua que ronda los 70 euros

Un nuevo propietario, la constructora 2 Rafion Constructores, con sede en Madrid, les fue comunicando, vía burofax o mediante la visita de un abogado, sus nuevos planes para la finca. 3.000 euros y un mes de plazo para desalojar y dejar atrás toda una vida. Este periódico trató ayer de recabar la versión de los responsables de la constructora, pero no hubo respuesta alguna.

Ésa fue la oferta de los nuevos propietarios, una noticia que desde entonces los mantiene en estado de ansiedad. A sus 81 años, Juan Rodríguez ha recibido una sacudida que puede afectar su delicada salud. Atraviesa una depresión y hace poco sufrió un infarto. Este ex taxista tiene dos viviendas. La suya desde hace 45 años y desde que se murió su cuñada, la anexa. Dos pequeños dormitorios, una sala de estar y una minúscula cocina en los que se reparte su vida y que ahora teme perder sin tener adónde ir, ya que es viudo, su pensión es baja y no tiene hijos. "Nunca habíamos tenido problemas, ni con el propietario ni con la otra promotora que adquirió la finca. Es más, el propietario les encomendó antes de vender que cuidaran de nosotros, sus inquilinos", relata Juan, el único de los vecinos que firmó el acuerdo de 3.000 euros que le llevó en mano un abogado en nombre de los nuevos dueños. "Me pillaron confundido y firmé. Me dieron un mes para sacar los muebles", dice con el rostro desencajado. "Luego me enteré que a otro vecino le ofrecieron 10.000 euros, pero parece que la cosa está algo parada", añade.

Ante lo inminente del desahucio, estas 13 familias han puesto su caso en manos de abogados y en las del Defensor del Ciudadano de Málaga, Francisco Gutiérrez, experimentado en acosos inmobiliarios tras intervenir en unos 120 en los últimos años. "En este caso concreto aún no se han dado las prácticas habituales de los llamados asustaviejas, como cortar el agua, la luz o cancelar la cuenta donde realizan sus pagos mensuales para acusarles después de impago", explica Gutiérrez, "pero sí creo que la fórmula empleada para que los vecinos dejen sus casas no es la más correcta", afirma el defensor, que se reúne hoy con los vecinos para acordar una posible salida común a este problema.

Una guía pionera contra el acoso inmobiliario

La Oficina del Defensor del Ciudadano de Málaga ha editado una guía pionera en España que enseña cómo enfrentarse al acoso inmobiliario. El acoso inmobiliario, una lucha desigual es el nombre de esta publicación, escrita por el periodista antequerano Nacho Sánchez y en la que han colaborado los colegios oficiales de abogados, arquitectos y aparejadores de Málaga.

Alrededor de 60 casos reales de acoso inmobiliario ocurridos en los últimos cinco años en la capital malagueña quedan reflejados en las páginas de este libro. El objetivo es que estos ejemplos sean como un espejo en el que nuevas víctimas puedan identificarse como tales. Junto al relato detallado de los casos, que se acompañan de fotos y planos de los inmuebles, el libro recoge las soluciones que se les dieron.

"Es una guía muy práctica. Se van a repartir 3.500 ejemplares en distintas administraciones y asociaciones de vecinos. Los tres colegios oficiales ofrecen las pautas de actuación ante un caso de acoso y recoge además la jurisprudencia que existe al respecto", indica Francisco Gutiérrez, que asegura que ha recibido cinco nuevos casos de acoso en una sola semana.

Entre los principales consejos para afrontar una situación de esta índole, el defensor del ciudadano destaca algunos: "Muchas veces los dueños dejan que se deteriore el edificio. Ante esto, lo mejor es presentar denuncias sobre los desperfectos e informar al ayuntamiento para que tome medidas ante el propietario. Además, nunca hay que dejar de pagar la mensualidad. Algunos propietarios cancelan las cuentas de depósito, pero hay que seguir pagando para evitar el desahucio por impago. Lo mejor es ir al juzgado, plantear el tema, y realizar allí los pagos de las mensualidades", resalta Gutiérrez.

El defensor del ciudadano vaticina que casos como estos van a ir a más en los próximos años, "ya que sólo en Andalucía hay 80.000 viviendas de renta antigua de las 300.000 registradas en España".

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