La burla de terrorista sabe a almendras amargas
Defraudar expectativas es como comer almendras amargas. No depende de lo que uno haga, es tan sencillo como pestañear y deja un sabor de boca tan desagradable que es imposible ignorarlo.
En algunas almendras, sin que puedan distinguirse a simple vista de las normales, se encuentra una molécula llamada amigdalina y una enzima llamada emulsina. Cuando se come, se ponen ambas en contacto y se origina la descomposición de la amigdalina en un tipo de glucosa, benzaldehido y ácido cianhídrico. La glucosa es un azúcar, el benzaldehido es lo que proporciona el sabor a almendras amargas y el ácido cianhídrico es la base del cianuro, un veneno letal. Si se comieran suficientes almendras amargas -unas 20 en un adulto- el cianuro ocasionaría una asfixia repentina que sería mortal. Afortunadamente, el sabor repugnante del benzaldehido impide que el tóxico se ingiera por error.
El nuevo proceso contra el etarra De Juana Chaos es una batalla perdida
Pocos individuos merecen mayor repulsa que el sanguinario Iñaki de Juana Chaos, un etarra que asesinó a 25 personas durante su etapa de jefe del comando Madrid, que sólo cumplió 18 de los 3.129 años de prisión a los que fue condenado por esos crímenes y que luego fue sentenciado a otros tres años de cárcel por amenazas terroristas en dos artículos de prensa.
El 2 de agosto quedó definitivamente en libertad y sus partidarios le organizaron un acto de bienvenida en una herriko taberna de San Sebastián.
Él no acudió al homenaje -al que se impidió el acceso a la prensa- pero, de acuerdo con lo publicado por el diario Gara, parece que remitió una carta de apoyo, que fue leída por una mujer que no ha sido identificada y que concluía con la expresión "Aurrera bolie" [adelante con la pelota] que solía utilizar para finalizar sus escritos el que fuera jefe de ETA Txomin Iturbe, ya fallecido.
Hay quien cree que la testosterona, en lugar de la inteligencia, es el requisito para acosar a los terroristas, por lo que alguna asociación de víctimas, decidida a hacer la vida imposible a De Juana, ha instado un proceso por enaltecimiento del terrorismo contra él y la Audiencia Nacional ha abierto unas diligencias previas en las que ha citado a declarar al etarra.
Pero tanto la iniciativa como la apertura del proceso constituyen un inmenso error, porque todos los manuales de estrategia explican que no hay que disputar batallas que no se pueden ganar. Y ésta, está perdida de antemano.
Edificar un tipo penal sobre una ambigua frase de significados equívocos, algunos notablemente inocuos, que es atribuida a otra persona a la que no se menciona expresamente, es como construir el Titanic con palillos.
Pero, además, es que De Juana debe de estar disfrutando como un loco. Está jugando al ratón y el gato con la policía y la justicia española, que lo han estado buscando sin poder localizarle en su domicilio de San Sebastián, en Dublín (Irlanda) y en el Ulster. Y todo para notificarle ¡que tiene que declarar!
La burla llega al extremo de que el etarra ha contratado a un bufete de Belfast para que le represente en cualquier comunicación que Interpol tenga que hacerle. Hasta el momento, ningún juez ni fiscal ha instado su detención, aunque amenazan con ordenarlo si no comparece a la citación, lo que da una idea de la urgencia del caso.
Nadie va a conseguir meter en la cárcel a De Juana por este asunto. Cuando declare, que declarará, sólo con alegar que él no escribió ninguna carta ni asistió al acto ya quedaría exculpado. Pero es que ni siquiera tendría necesidad de mentir. Sabemos que hubo una carta porque Gara reprodujo su contenido, pero el documento no está aportado a la causa, por lo que De Juana podría incluso reconocer que dirigió unas líneas a sus seguidores, argumentar que desconoce si el documento es el mismo y pedir que se lo muestren para reconocer su letra y su firma. Como lo que no está en el sumario no existe para el proceso, y en la causa no hay carta que valga, el viaje llega hasta ahí. Las expectativas, frustradas, y De Juana, toreando a la Justicia.
Y para los demócratas, la burla de terrorista sabe a almendras amargas y es letal como el cianuro.
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