"El gol no se fabrica, se compra"
Dice que el fútbol le gusta tanto que disfruta de él incluso en la situación actual, con el Athletic instalado en las catacumbas de la clasificación tras haber logrado cuatro goles en siete jornadas, su peor arranque anotador en 24 años, los mismos que lleva sin entonar el alirón en la Liga. Pese a las dificultades, Joaquín Caparrós (Utrera, Sevilla; 1955) confía en el futuro de un club que hoy visita, corto de optimismo y autoestima, al Madrid.
Pregunta. Da la sensación de que aún está haciendo pruebas.
Respuesta. No estoy de acuerdo. De los equipos que estamos ahí, quizá el Athletic es el único que ha jugado con ocho o nueve futbolistas de base. ¿Que no han venido los resultados? Cierto.
"¿Presión? La tenía cuando, tras trabajar, hacía 700 kilómetros diarios para entrenar"
"El rival no tendrá a Van Nistelrooy. Pero tiene un gran poder a balón parado"
P. Ha probado mil y una variantes en el centro del campo y no halla pareja para Llorente.
R. Pero eso es el fútbol. Aun así, tenemos una columna vertebral y muchos futbolistas fijos.
P. ¿Sabe el Athletic a qué juega?
R. Sí. Como ante el Valladolid, el Getafe y el Barcelona. Queremos jugar a ser un equipo con intensidad, que apriete al rival y que sea fuerte defensivamente.
P. Ha repetido tanto lo de ser "fuertes colectivamente" que sus jugadores se preocupan mucho de defender y poco de atacar.
R. Yo oigo a Guardiola y su objetivo es que el Barça sea un equipo fuerte colectivamente. El fútbol es asociación, colectividad, y a partir de ahí poner gente talentosa.
P. Más que talento, al Athletic le falta gol: cuatro en siete partidos son muy pocos.
R. Pero pocos equipos lo tienen: Madrid, Barça, Sevilla, Atlético, Valencia... Y pocos más. ¿Por qué lo tienen? Porque sus futbolistas son elegidos. Nosotros, por nuestro modelo, al tener el mercado más reducido... El gol se compra, no se fabrica, por mucho que trabajes tu cantera. Agüero se compra, y Kanouté, y Villa.
P. ¿No está usted señalando a sus delanteros cuando sube a un jugador del filial, Ismael López, en vísperas de ir al Bernabéu?
R. Vamos a ver... En otros clubes, la prensa habría publicado que el presidente está buscando delanteros en Brasil. ¿Qué presión es mayor: ésa o subir a un chaval del filial, que es la seña de identidad del club?
P. Tras las derrotas, ha dicho: "Esto es lo que hay. Tenemos lo que tenemos". Puede interpretarse que, para usted, su filosofía debilita al Athletic, no lo fortalece.
R. Mal interpretado. El modelo del Athletic se puede llevar adelante. Llevamos más de un siglo.
P. En su boca, la filosofía suena muchas veces a coartada.
R. Quien crea eso no me conoce. Lezama es un pozo sin fondo. Aquí hay una cantidad tremenda de futbolistas importantes a corto y medio plazo.
P. ¿Cree en la viabilidad del Athletic con su actual filosofía?
R. Sí, totalmente; pero debe haber continuidad en Lezama. Puedes cambiar el presidente y el entrenador, pero que el modelo de Lezama permanezca es vital.
P. ¿Viable en Primera?
R. Sí, claro, y asomándonos puntualmente a Europa.
P. Aquella química del año pasado parece haberse evaporado. ¿Se siente cuestionado?
R. Ésas son cosas del periodismo. ¿Presión? Presión la tenía cuando ganaba tres pesetas y, para sacar adelante a la familia, me jugaba mi puesto de trabajo e iba todos los días de Cuenca a Cáceres [entrenaba al Moralo, de Navalmoral de la Mata]. Hacía 700 kilómetros todos los días en coche porque quería ser alguien en el fútbol. Me levantaba a las siete, salía de trabajar a las doce, llegaba a las seis a Navalmoral, descansaba en una casa que tenía allí, entrenaba a las ocho y a las tres o las cuatro llegaba a Cuenca. ¿Presión ahora, que económicamente estamos bien, mis chavales están criados y entreno al Athletic? Me dan rabia los malos resultados, pero eso no es presión.
P. Hay decisiones raras. Iturraspe debuta como titular en Málaga, lo hace bien y desaparece.
R. Pero es que ese futbolista ha tenido muchas lesiones. Además, subir al primer equipo y volver al filial va en su formación.
P. Muchos de sus fichajes no juegan: Iñaki Muñoz, Cuéllar, Iñigo Vélez, Del Olmo...
R. Sí, pero no dicen que el año pasado se consolidó Amorebieta, que no jugaba, y salió Susaeta, y se confirmó Llorente... En el fútbol sólo caben once. Tú firmas jugadores con la idea de reforzar la plantilla, pero luego surgen otros. Y eso es bueno. Si los fichajes tuviesen garantizado jugar, ¿qué motivación tendrían los demás? ¿Y los chavales del filial?
P. No parece precisamente el Bernabéu el coto más propicio para que el Athletic salga de caza.
R. Así es por estadísticas y por contrario, pero tenemos que ir con convencimiento. El equipo tiene nivel. Y es importante que te ayude la fortuna. Vi el partido Juventus-Madrid y a la Juve se le apareció la Virgen.
P. El Madrid brilla por lo que menos luce el Athletic: la pegada.
R. Quizá el Madrid centraliza más esa pegada en un jugador,Van Nistelrooy, mientras que en el Barça están Eto'o y Messi; en el Sevilla, Kanouté y Luis Fabiano; en el Atlético, Forlán y Agüero... Equipos como el Madrid tienen eso: en partidos planos que dominas, te pillan una vez y te matan.
P. Van Nistelrooy no juega.
R. Pero jugará Raúl. Y tienen un gran poder a balón parado.
P. ¿Le daría el Balón de Oro a Casillas?
R. A Casillas, a Xavi o a Iniesta antes que a Cristiano Ronaldo. Me identifico más con ellos. Más que vender camisetas, hay que transmitir. Ellos lo hacen. No creo mucho en el Balón de Oro. Raúl, por su trayectoria, merecía tener uno. Quizá le haya faltado un título con la selección.
P. ¿Qué le gusta del Madrid?
R. Que nunca da un partido por perdido. La capacidad de lucha va en su escudo, en su ADN.
P. Usted lo conoce bien.
R. Estuve cinco o seis años en la casa blanca. Llegué con 14 años. Mi padre se mudó a Madrid a fundar una constructora. Coincidí con San José, Magdaleno, Escribano, Casuco, García Hernández, García Cortés... Tuve de técnicos a Manolo Sanchís, Juan Santisteban, Teodoro Nieto...
P. ¿Qué le transmitieron?
R. El respeto por el rival, no dar un partido por perdido y, si vas ganando 4-0, buscar el quinto. Eso es el Madrid. Es un machaque diario que acaba por configurar una mentalidad ganadora. Molowny estaba allí de nueve a nueve, conocía a todos los futbolistas. Si un chaval no jugaba, preguntaba a su entrenador por qué no le había sacado.
P. Fue usted centrocampista.
R. Tirando a talentoso.
P. No triunfó.
R. Jugué en el Castilla. Luego, fui cedido, me casé jovencito, tuve que replantearme mi vida, me fui a Cuenca, empecé a compaginar el fútbol con el trabajo... Jugando en el filial del Conquense, el entrenador se fue por causas personales y el presi me ofreció el puesto. Le dije que sí y... hasta hoy.
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