El difícil papel de líder sin escaño
La decisión de dejar la alcaldía de Parla ha sido sin duda muy difícil de tomar para Tomás Gómez. Ser el regidor más votado de España en las ciudades de más de 50.000 habitantes durante las dos últimas elecciones municipales -logró el 74,43% de los votos el 27 de mayo de 2007, la más reciente- es un valor político en sí mismo que ahora va a perder. "Es uno de sus principales atributos", reflexionaba estos días un diputado socialista. "Pero es evidente que no puede compatibilizar los dos cargos".
El principal reto que se le abre ahora al secretario general socialista es encontrar un hueco político propio. Al dejar de ser alcalde, sólo le queda el papel de líder de la oposición. Pero como no cuenta con un escaño en la Asamblea de Madrid no puede ejercer allí de portavoz socialista cada jueves en las sesiones de control del pleno a la presidenta regional, Esperanza Aguirre. También es difícil su ubicación en los actos oficiales, pues el protocolo dicta que el papel más relevante lo tengan los cargos electos.
Además, Gómez ha tardado un año en presentar su proyecto político, y eso ha mermado la difusión de su imagen pública. Tras el congreso extraordinario que le llevó a encabezar a los socialistas madrileños, después del desastre electoral en la Comunidad de Madrid de 2007, tuvo que fajarse para mantener los resultados en los comicios generales del pasado marzo, mover ficha para ordenar la caótica situación de la federación madrileña y, sobre todo, esquivar las zancadillas que sufría su proyecto desde dentro (sobre todo por varios diputados de la Asamblea, hoy en franca minoría).
El punto de inflexión ha sido el congreso del pasado septiembre, en el que ha quedado revalidada la apuesta del Partido Socialista de Madrid (PSM) por su candidatura, refrendada por el 85% de los delegados. Pero, sobre todo, se puso de manifiesto el apoyo personal del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que llegó a lanzar su candidatura para 2011, pese a que antes Gómez deberá superar un proceso de elección interno. "Nuestra ambición, la de cientos de miles de madrileños y millones de socialistas, es que seas presidente de la Comunidad de Madrid", le dijo entonces Zapatero. Recibió una ovación.
Ante el difícil reto de encontrar su papel, Gómez ha comenzado ya a desplazar su actividad política hacia los intereses regionales. Prueba de ello son sus últimas visitas a los hospitales, en el centro de la polémica de la gestión del PP, como el de ayer al de Infanta Leonor, en Vallecas, o la reunión del fin de semana con sindicatos y patronal. Ahora tendrá, además, mucho tiempo para convertirse en el verdadero rival de Aguirre.
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