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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La patria ultrajada

Ocurrió el pasado martes, pero no es la primera vez que sucede. Iban a jugar en París la selección francesa contra la tunecina, y allí estaban los 22 jugadores formados para escuchar sus respectivos himnos. La cantante Lââm, de origen tunecino, empezó a entonar a capela el himno nacional francés, La Marsellesa, y en las graderías se desencadenó la tormenta: silbidos, burlas, abucheos, broncas, pitidos.

El Estadio de Francia, donde se jugaba el partido, está situado al norte de París, en el departamento de Seine-Saint Denis. Allí es donde se desencadenaron en 2005 multitud de disturbios. Su población es fundamentalmente inmigrante y, por lo que se ve, no muy amiga de la solemnidad de los himnos. Abuchearon La Marsellesa, pero abuchearon también el himno nacional de Túnez. ¿Pura gamberrada? ¿Afán contestatario? ¿Simple mala educación o fulminante ataque a las sacrosantas esencias patrias?

Escandaloso!", dijo el presidente Nicolas Sarkozy. No debía ser la primera vez que bramaba porque ya en los partidos que Francia disputó contra Argelia y Marruecos La Marsellesa pasó por parecidos problemas. Basta con que la hinchada oiga aquello de "Marchemos, hijos de la patria, / que ha llegado el día de la gloria..." para que le salgan los alaridos y los truenos. Patria, patria, pero ¿de qué patria estamos hablando? ¿Para quién va ser tanta gloria? La selección francesa de fútbol es un equipo multiétnico. ¿Para defender qué Francia sudan esos 11 benditos corriendo detrás de un balón? ¿Es ésa la pregunta que está detrás de los berridos?

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Lo que Sarkozy hizo de inmediato fue llamar a Bernard Laporte, el responsable de Deportes, para exigirle una explicación. Algunos socialistas pidieron represalias. Hubo más voces: reclamando medidas y pidiendo castigos. La patria había sido ultrajada tres veces por el público del Estadio de Francia. El señor Laporte debió ponerse nervioso porque dijo que ya no había que jugar más con equipos del Magreb. Luego se corrigió. Reclamó que los partidos se jueguen en provincias: al parecer, allí creen todavía en el himno de Francia. Y en París, ¿qué van a hacer en París con los abucheos de los que carecen de identidad y que nada saben ni de patrias ni de glorias?

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