El festival de Ourense premia el cine de las minorías

"E la nave va", parafraseó ayer noche Enrique Nicanor, gerente del Festival independiente de cine de Ourense, a Federico Fellini en la clausura de la 13ª edición del certamen. Con el mismo tono jocoso con el que el director italiano describió en esta película el lado esperpéntico de la vida, Nicanor puso de manifiesto su apuesta por la reconstrucción propia del mundo que gira en torno a un festival. Profesionales de 50 países subidos en el trasatlántico de la empresa audiovisual, inevitablemente unidos en el trayecto, aunque cada uno con un objetivo singular.

Profesionales de 50 países participaron en la 13ª edición del certamen

La nave felliniana a la que aludió Nicanor varó en Ourense durante una semana para ahondar en la diversidad. El cine de las minorías (de los homosexuales, de los pueblos oprimidos, de las mujeres, de las lenguas amenazadas) sustituyó al glamour de los famosos . "Pudimos pagar por traerlos, pero no quisimos" aclara el gerente mientras saca el palmarés de los premiados en donde figuran como mejor película la alemana Weltsatdt, de Christian Klandt, que recibió 18.000 euros (narra la disolución de los vínculos y la pérdida de referencias en las sociedades urbanas) y el Gran Premio Eixo Atlántico al mejor filme producido en Galicia o Portugal a la gallega 1977 de Peque Varela, un corto que abunda en la diferencia sexual que pone de manifiesto la diversidad cultural por la que apostó el certamen.

Ayer noche, en una sobria gala, jurado y galardonados (se concedieron 22 premios y menciones) tomaron el escenario del auditorio en un gesto con el que Nicanor quería evidenciar la profesionalidad de una cita que ha cambiado el rumbo del festival en la ciudad.

La apuesta por la diversidad (y, dentro de ella, de la autoafirmación de lo propio) era "arriesgada", como el mismo gerente reconoce. También lo era la decisión de cambiar el espacio habitual (una pequeña oficina en el centro de la ciudad) por la carpa de la explanada del Auditorio en donde profesionales de 50 países de todo el mundo pudieron hacer contactos en el negocio del audiovisual.

Pero de lo que más orgulloso se muestra el organizador es de las master class y del debate, organizado con la Academia Gallega del Audiovisual, en torno a la presencia del idioma en este sector cuyas conclusiones aún no se han hecho públicas.

"Hemos creado un espacio propio para el festival, que no lo había, y nos ha funcionado", argumenta el gerente aludiendo tanto al nuevo espacio físico como al cultural evidenciando que ha cumplido su misión y que la danza tragicómica de la nave de Fellini está ya en marcha.