La cuesta de octubre

La temida cuesta de enero llegó tres meses antes de lo previsto al Atlético. "Así es, el calendario no podía ser más exigente. El último domingo de septiembre tuvimos al Sevilla, y a continuación llegaron el Olympique de Marsella y el Barcelona. Y vaya con lo que nos queda todavía: Madrid, Liverpool, Villarreal y de nuevo los ingleses, esta vez en Anfield. No está nada mal, ¿verdad?", asienten desde el cuerpo técnico, donde todavía recuerdan cómo perdieron sus opciones de ganar algún título la temporada pasada en las semanas fatídicas que siguieron a las fiestas de Navidad. "Bueno, bueno, si salimos vivos de este mes, pero terminamos perdiendo los demás partidos, ¿qué habremos conseguido?", resta trascendencia Forlán.

El regreso a la Champions tras 11 años de ausencia ha roto los biorritmos del cuadro de Javier Aguirre, que confía "más que nunca" en la mirada analítica de Juan Iribarren, el preparador físico que se trajo de su estancia en Osasuna, para capear el reto. "Se ha hecho un esfuerzo en fichajes, en aquellos puestos donde el equipo se resentía la temporada pasada, pero aun así hay que cuidar mucho la preparación de los muchachos", asiente el entrenador mexicano. Ujfalusi, uno de los nuevos, titular en los seis partidos de Liga disputados, es el jugador que más minutos acumula (562). Le siguen Sinama Pongolle (506), Coupet (467), Seitaridis (415) y Agüero (414). "La exigencia es mayor que la pasada campaña, pese a que también competíamos cada tres días, ya que no es lo mismo competir en la UEFA, que te permitía jugar más con las alineaciones o con los contenidos de los entrenamientos. Ahora nos encontramos con una realidad diferente: cada partido es una final. Eso condiciona la dinámica de trabajo", apunta Iribarren, que el jueves por la mañana supervisó una sesión regenerativa que terminó con un partidillo de fútbol-tenis y con los fisios empleando la sabiduría de sus manos a conciencia. Que se lo digan a Maniche: "Qué manos... Así se recupera cualquiera", dijo el centrocampista portugués ya recuperado de sus problemas lumbares.

También influye la falta de profundidad del banquillo rojiblanco, al que le quedan cuatro fichas disponibles. "Eso sólo se podría notar si se dan cinco o seis lesionados, como nos ha pasado con Forlán, Simão... Pero no tiene por qué ocurrir continuamente. Hemos tenido que superar dos semanas en las que se nos acumulado los imponderables y hemos salido adelante. En condiciones normales no debe ser problema porque tenemos dos jugadores por puesto, 19 jugadores de campo más Domínguez. Si el míster quiere rotar puede hacerlo", observa Iribarren. "Dejamos esas fichas libres para poder disponer de la cantera. Es una manera de facilitar que se integren con el primer equipo", considera Jesús García Pitarch. El director deportivo del Atlético olvida, sin embargo, que hasta la fecha ni siquiera Camacho, fundamental en el tramo final del curso pasado, se ha hecho un hueco en los planes de Aguirre.

Un problema menor para el preparador, que reconoció que "el Kun está hecho polvo", tras su periplo con Argentina en el grupo suramericano de clasificación para el Mundial de Suráfrica. "Agüero acumula muchos minutos de juego y entrenamientos. La temporada pasada ya tuvo pocas vacaciones con el Mundial sub 20", reconoce Iribarren. "Pero es un jugador fuerte, que se recupera bien y ha tenido suerte y no le han afectado las lesiones. Ha tenido un verano un poco atípico, jugando con la absoluta de Argentina y luego con la olímpica. Ha tenido menos descanso que el resto y quizá le ha faltado un periodo de transición un poco más amplio, pero hasta ahora no acusa los excesos. Lo que nos queda es que recupere bien entre partido y partido, labor importante de los fisioterapeutas y del nutricionista", prosigue el responsable del estado físico de la plantilla.

"Nuestra función es que los jugadores cumplan con una dieta lo más equilibrada posible", interviene David Jiménez. El especialista en alimentación del Atlético pone como ejemplo al propio Agüero: "Cuando vino de Independiente le costó adaptarse a los buenos hábitos de comida, pero al final entró en las pautas nutricionales. Consumía muchos hidratos de carbono, mucha carne roja y no bebía casi nada de agua, porque no le gusta ni en pintura", recuerda. Tampoco es que le sorprendiese: "a los futbolistas a los que más les cuesta acostumbrarse son los suramericanos. Tienen una cultura muy fuerte en este sentido y unos hábitos muy difíciles de cambiar".