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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

'Coitus interruptus'

Las cosas no empezaron demasiado bien. En el minuto siete, los belgas inauguraron el marcador y defendieron la ventaja con energía. Una selección joven y elástica, abajo y arriba, la belga; resistiendo y amenazando. Eso dio más emoción a lo que vendría después.

El prodigio aconteció en el minuto 35. Iniesta es, como Butragueño en su día, el jugador favorito de cuantos jugaron al fútbol de niños y adolescentes. Recogió sobre la marcha un pase adelantado de Cesc, se fue hasta la linea, amagó para fuera y se fue para adentro (¿o fue al revés?; luego lo veremos, en la repetición) y batió al meta Stijen con un toque sutil. Una jugada para evocar años después y cuyo relato, más o menos exacto, se transmite de padres a hijos.

Un buen rival, un gol de ensueño marcado por el jugador más querido por los aficionados y victoria casi en el último minuto, remontando: ingredientes de un gran partido, del que guardar memoria.

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Todo perfecto de no ser por el mal detalle de TVE de castigar a los que llegaron tarde (por el atasco o por otra causa) con la ausencia de repetición, al final del encuentro, de las principales jugadas y los goles, según una costumbre que es casi ancestral. En cuanto el árbitro pitó el final, la tele pública salió zumbando del estadio y se fue al resto de la programación, de la que los locutores del partido habían estado hablando durante gran parte del encuentro. No se vayan a ir, decían, lo que viene promete mucho. Y como si temieran que alguien se despistara, los programadores continuaron hacia delante sin dejar respiro. Igual todo procede de un viejo afán pedagógico, el de hacer de los españoles gente puntual. Si usted no ha visto el partido desde el principio, pues se fastidia.

El componente de servicio público que tiene una televisión pública habría requerido más consideración con los espectadores, compartir con ellos esa celebración que supone la repetición de los goles cuando ya se sabe el desenlace: celebrar la obra de arte que firmó Iniesta (y que seguro que muchos no pudieron ver), recuperar la alegría de la victoria en el último instante. Con el ruido de los concursos y la autopropaganda, TVE pareció olvidar ayer que hay que cumplir con lo más obvio: hacer las cosas bien.

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