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Necrológica:IN MEMÓRIAM
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Ovidio Salcedo, una vida en el socialismo

Octavio Cabezas

Ovidio Salcedo ha muerto en México el pasado 30 de septiembre, a los 97 años, rodeado del cariño de sus cuatro hijas y sus restantes familiares, y de la admiración y el afecto de sus muchos amigos, de uno y otro lado del Atlántico, después de una vida azarosa, fructífera y plena, guiada por los ideales del socialismo.

Había nacido en Almansa (Albacete), en junio de 1911. Empezó a trabajar desde muy niño entre las familias modestas. Muy pronto frecuentó la Casa del Pueblo, donde se inició su formación de autodidacta y su contacto con las ideas socialistas, que le llevaron a ser secretario de la Juventud Socialista de Almansa.

A los 16 años llega a Madrid, y aparte de trabajar en el comercio, participa en las actividades del Partido Socialista Obrero Español y en la Unión General de Trabajadores, ocupando pronto cargos representativos. A los 20 años es secretario general del Sindicato de Comercio de Madrid, y poco más tarde, vicesecretario de la Agrupación Socialista Madrileña.

Fue depositario, en México, de las obras de Indalecio Prieto

Al poco de estallar la Guerra Civil fue comisionado por el PSOE a las provincias del norte (Vizcaya, Santander y Asturias), en misiones de enlace con las autoridades militares. Ya en Valencia, es nombrado secretario militar de la Comisión Ejecutiva Nacional del PSOE, donde inicia su trato con el líder socialista Indalecio Prieto, a la sazón ministro de Defensa Nacional. Desempeñó la Jefatura de Personal de la Inspección General de Intendencia del Ejército de Tierra, siendo ascendido primero a capitán y luego a comandante. Poco antes de terminar la guerra fue destinado a Tánger como persona de confianza en asuntos de inteligencia militar del ministro plenipotenciario de la República en dicha plaza.

Terminada la Guerra Civil se refugió en Casablanca durante dos años con su esposa, Angelita García Treco, donde junto a otros miles de compatriotas tuvo que sufrir las penalidades del exilio político. En noviembre de 1941 llega a México, donde rehace su vida de hombre libre. En las generosas tierras mexicanas su experiencia del mundo comercial, su dedicación al trabajo y su fortaleza de espíritu le permiten conseguir, al cabo de los años, una desahogada posición social y económica, y echar sólidas y hondas raíces en suelo mexicano. Mientras tanto, van naciendo sus hijas, Angelita, Cielo, Linda y Ámbar Paloma, y su vida adquiere una feliz normalidad, sólo truncada por el prematuro fallecimiento de su esposa, en diciembre de 1960.

Pero a Ovidio Salcedo su vida profesional y familiar no le hizo abandonar la permanente lucha por los ideales del socialismo. Desempeñó la presidencia del Centro Republicano Español en México, fue elegido presidente de la Agrupación Socialista Española, también de México, participando en varios congresos del PSOE en el exilio, celebrados en Francia.

En la crisis del PSOE de 1972, defendió la posición de Rodolfo Llopis, y más adelante, junto con Víctor Salazar, participó muy activamente en las negociaciones para la reunificación del PSOE.

Su amistad y afecto por Indalecio Prieto le hizo colaborar sin reservas con la hija sobreviviente del líder socialista, Concha Prieto Cerezo, en su proyecto de crear una fundación que llevara el nombre de su padre, previa la recuperación del periódico familiar, El Liberal, de Bilbao. El 26 de septiembre de 1987 se constituye en Madrid la Fundación Indalecio Prieto, bajo la presidencia de su hija Concha. El patronato de la Fundación elige a Ovidio Salcedo presidente ejecutivo, cargo en el que realiza una ingente labor, en especial la repatriación a España del archivo histórico de Prieto, del que había sido depositario en México durante decenios, y la reedición en España de las obras de Prieto editadas en México. En octubre de 2001 cesa como presidente y es elegido por el patronato, por unanimidad, presidente de honor y vitalicio.

Como ejemplo de su optimismo y de su afán de explorar nuevas posibilidades vitales, a los 84 años inicia su dedicación a la pintura, ayudado por su maestro y amigo José Luis López Tercero. Esta fructífera etapa le lleva a pintar más de 300 obras en pastel, acuarela y óleo, que expone en México, en Almansa y en Madrid.

Con esta última faceta, Ovidio Salcedo culmina una vida azarosa y llena de coraje, plena de éxitos profesionales y de satisfacciones familiares, sin olvidar nunca la lucha por los ideales del socialismo, que buscó sin desmayo en las filas del PSOE.

Octavio Cabezas es biógrafo de Indalecio Prieto.

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