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Desmantelada una red de falsificación de joyas

Internet es una estupenda herramienta para vender productos falsos o robados, pero también para que la policía cace al que los ofrece. Un representante de una compañía de joyas descubrió en la Red la existencia de dos empresas que vendían productos falsos de la marca que él representaba. Denunció los hechos ante la Policía Municipal de Madrid y el caso se convirtió en una operación de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional, que ha terminado con el desmantelamiento de una red de falsificadores, 17.000 piezas intervenidas y 22 detenidos en seis provincias.

El grupo, cuyo cabecilla residía en Córdoba, se dedicaba a la importación, producción y distribución de joyas falsas de prestigiosas marcas. La mayoría de ellas procedían de Tailandia, unas 289.000 piezas, según los servicios de aduanas, aunque la policía también se ha incautado de 130 moldes con los que un diseñador hacía copias en Madrid. "Era un artista", declaró ayer un agente encargado de la investigación a Europa Press.

Las piezas incautadas (16.767) son en un 90% de la marca Tous, y la mayor parte son de plata, porque tienen más salida que el oro en época de crisis económica, según informaron fuentes de la investigación. Todo lo intervenido podría superar los tres millones de euros en el mercado. El resto de falsificaciones, entre las que abundan pulseras, relojes, pendientes y anillos de plata, oro y oro blanco, corresponden a firmas tan reconocidas como Versace, Dolce & Gabbana, Channel, Cartier o Bulgari.

El modus operandi era sencillo. El cabecilla de la red recibía en Córdoba las joyas procedentes de Tailandia y luego se citaba en un hotel de Madrid con los distribuidores. El comisario jefe de la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT), Manuel Vázquez, informó ayer de que la red extendía sus talleres en Lugo y Ferrol, localidades desde donde repartía el material a la zona norte; Madrid, para comercializar la mercancía en el centro del país; y Cádiz, Sevilla y Córdoba, para cubrir el sur y el Levante.

Este tipo de delitos, según ha evaluado la policía, proporcionan "mayores beneficios económicos" que la droga y además no conllevan penas de prisión para los autores, por lo que se convierte en un negocio "más rentable que la droga".

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