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La carrera hacia la Casa Blanca

Obama empieza a gobernar la crisis

McCain intenta volver a ser competitivo con nuevas propuestas económicas

Antonio Caño

John McCain ha tardado varios meses en comprender que el único factor relevante en estas elecciones era la economía. Cuando ayer presentó su primer paquete solvente de propuestas para hacer frente a la crisis actual, su rival, el demócrata Barack Obama, estaba ya trabajando discretamente con el Congreso para aprobar medidas de emergencia antes de asumir la presidencia. El candidato republicano tiene ya sólo 20 días para revertir el hecho de que los ciudadanos prefieren a Obama para sacar el país del caos financiero en el que se encuentra.

"Es el momento de que el Gobierno actúe", dice el candidato republicano
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McCain propuso ayer garantizar los ahorros de los estadounidenses al 100% durante un periodo de seis meses, así como la eliminación o reducción de impuestos sobre los seguros de desempleo y la mayoría de los planes de pensiones.

"Es el momento de que el Gobierno actúe y, como presidente, yo quiero actuar rápida y decisivamente", dijo el candidato republicano en un discurso que representa un esfuerzo final por devolver su campaña a la prioridad de la economía.

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El plan de McCain incluye fijar en un máximo del 10% los impuestos de los primeros 50.000 dólares (unos 36.500 euros) retirados de los planes de pensiones, así como reducir hasta el 7,5% las tasas a los beneficios del capital. Unos nueve millones de jubilados podrían verse beneficiados por esas medidas.

Estas propuestas llegan después de que McCain perdiera varias semanas dedicado a una estrategia de descalificación personal de Obama que ha resultado ser un fracaso, y un día más tarde del plan presentado por el candidato demócrata para hacer frente a los perjuicios causados por la crisis financiera entre la clase media.

El plan de Obama incluye un estímulo fiscal de 3.000 dólares para las empresas por cada nuevo puesto de trabajo que creen, así como otras rebajas de impuestos a los negocios que promuevan el empleo y a las pensiones. Obama ha sugerido también una moratoria de 90 días a los embargos de casas por parte de los bancos que han recibido dinero del Estado.

Favorecido por las encuestas, que cada día hacen más previsible y abultada la victoria del candidato demócrata el 4 de noviembre, las propuestas de Obama, a diferencia de las de McCain, están ya en los pasillos del Capitolio madurando para ser muy pronto una realidad.

Obama dijo el lunes que la situación que hoy vive el país exige actuar sin esperar al cambio de Administración, el 20 de enero, e inmediatamente ordenó a sus asesores económicos reunirse con los congresistas demócratas con intención de elaborar un proyecto que pueda ser aprobado en sesión especial del Capitolio después de las elecciones.

El candidato demócrata y sus correligionarios en el Congreso preparan un multimillonario plan de estímulo económico que incluye algunos de los incentivos fiscales presentados por Obama en la campaña y otros beneficios sociales a los pobres, a los desempleados, así como fondos para obra pública y extensión del seguro de salud.

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, se ha referido ya a la posibilidad de aprobar durante el periodo transitorio de esta legislatura un plan de estímulo de en torno a los 150.000 millones de dólares. Pero el diario The Washington Post informaba ayer de que la iniciativa que están discutiendo los estrategas de Obama con los congresistas puede llegar a ser del doble de esa cifra, lo que unido al plan de rescate financiero ya aprobado supondría una masiva intervención estatal que modificaría por completo el panorama de la economía de Estados Unidos y, probablemente, del resto del mundo.

Un cambio profundo parece contemplarse a la vuelta de la esquina en este país. Un 91% de los norteamericanos, según una encuesta de Gallup para el diario USA Today, considera que las cosas marchan en mala dirección y se requiere una rectificación. No todos creen que Obama sea la solución. De hecho, sólo un 44% se muestra seguro en esa encuesta de que el candidato demócrata resolverá los problemas actuales. Pero esa cifra es muy superior al 31% que confía en John McCain.

El momento es dramático para el candidato republicano, y su situación, desesperada. Mientras Obama casi está empezando a gobernar y a llenar el enorme vacío que el actual presidente no consigue ocupar, McCain tendrá hoy en el último debate electoral su última oportunidad de convencer al país de que sus condiciones y sus propuestas son mejores para levantar la economía.

No da la impresión de que un simple debate pueda cambiar el movimiento sustancial que parece estar produciéndose en EE UU: la población reclama la actuación del Estado -un 79%, según la encuesta citada anteriormente, cree que el Gobierno puede resolver los problemas-.

Los candidatos demócratas están también con ventaja en las elecciones para la Cámara de Representantes y el Senado, lo que podría dar lugar a una etapa de monopolio del poder por parte del partido de Barack Obama. Un nuevo Estados Unidos puede amanecer el próximo 5 de noviembre.

McCain saluda a los asistentes a un mitin en Blue Bell, Pensilvania, donde presentó  propuestas económicas.
McCain saluda a los asistentes a un mitin en Blue Bell, Pensilvania, donde presentó propuestas económicas.AFP

Propuestas económicas de los candidatos

Barack Obama

- Recortes fiscales para las familias que ganen menos de 250.000 dólares al año (unos 182.800 euros) y para los jubilados que ganen hasta 50.000. Los recortes serán de 500 o 1.000 dólares según sea un individuo o una familia.

- Rebaja fiscal de 3.000 dólares para los empresarios por cada empleado que contraten en 2009 y 2010.

- Extender los subsidios de desempleo y eliminar temporalmente los impuestos sobre los mismos.

- Crear un sistema de préstamos extraordinarios para pequeñas empresas.

- Prohibición a las entidades beneficiadas por el plan de rescate de ejecutar hipotecas en 90 días si las familias hacen un esfuerzo real para pagar.

John McCain

- Extender la mayoría de los recortes fiscales de Bush para contribuyentes individuales que expiran después de 2010.

- Deducciones inmediatas para empresarios que inviertan en determinados bienes de capital.

- Reducir el impuesto de sociedades del 35% al 25%.

- Comprar las hipotecas problemáticas a las instituciones financieras y sustituirlas por hipotecas garantizadas por el Gobierno a un interés fijo. Para poder acceder a este plan, las familias deben probar que en el momento en el que adquirieron la hipoteca, tenían crédito suficiente. Esta idea costaría al Estado unos 300.000 millones de dólares y se podría usar parte del dinero del plan de rescate público.

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