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Sáez Merino acumuló desde 2004 una deuda de 99 millones de euros

El comité califica de "fiasco" la reunión mantenida ayer con la empresa

Miquel Alberola

El grupo textil Sáez Merino, que ha solicitado la liquidación ante el juzgado mercantil, comunicó ayer a los representantes del comité de empresa que en los últimos cinco años acumuló una deuda de 99 millones de euros. El director de producción y el director financiero vincularon el fuerte incremento de la deuda, que sólo en el último año ha alcanzado los siete millones, a que la actividad de la empresa se había convertido en "no rentable", por lo que ha solicitado su liquidación. El grupo ya sólo mantiene dos centros de producción, uno en Benaguasil y otro en Daimiel (Ciudad Real), en los que trabajan unos 350 empleados.

La reunión defraudó las expectativas de los sindicatos, que esperaban que el director general de la empresa, Vicente Sáez Merino, diese explicaciones de cómo se ha llegado a la situación actual. El representante de UGT en la empresa, Alfredo Sanmartín, calificó el encuentro de "fiasco" y añadió que "no sólo no ha despejado incógnitas, sino que ha añadido más incertidumbres". Asimismo, el representante de CC OO, Miguel Ángel Castelló, subrayó la paradoja de que con tres planes de viabilidad la empresa haya desembocado en la liquidación.

El grupo confirma que transfirió la marca Lois a una sociedad ajena

El comité pidió información sobre los activos que posee el grupo, entre los que no están las marcas Lois, Cimarron, Caroche y Caster, que, según confirmó el grupo, fueron transferidas en 2005 a la sociedad Melophone Consultores e Serviços, Lda, radicada en Funchal, Madeira, (Portugal), por lo que no formaron parte de la suspensión de pagos que la empresa inició en 2006. La vigencia de esta transferencia expira en febrero de 2015. La empresa, así, una vez liquidada, podría seguir con el modelo de comercializadora de las marcas con productos textiles subcontratados en Asia y el norte de África, que ya inició en 2006 tras anunciar que abandonaba la fabricación propia.

La empresa no quiso explicar si existe algún vínculo de la familia Sáez Merino con esa sociedad ni tampoco si existía un convenio de Melophone Consultores e Serviços, Lda, con el grupo que justificara la producción en curso de los centros de Benaguasil y Daimiel.

La única oferta de la empresa se redujo a bajas incentivadas a parte de los trabajadores, siendo rechazada por el comité, que apuesta por el mantenimiento de la actividad. El comité se entrevistará el viernes con el titular del juzgado que tramita la liquidación, Fernando Presencia, para que, en caso de que la actividad no pueda mantenerse, acelere el proceso para que los trabajadores puedan cobrar del fondo de garantía salarial. Asimismo, sin renunciar a posibles movilizaciones, buscará la intermediación de la Administración central y autonómica.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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