Una guerra sin cuartel
Massa, séptimo, araña dos puntos a Hamilton tras tocarse sus coches, echarse de la pista y recibir sendas sanciones
La impunidad ha concluido para Lewis Hamilton. Hace ya algunas carreras que el piloto británico lo viene constatando. Con los nuevos comisarios de pista nombrados por la FIA esta temporada, nadie queda sistemáticamente libre de culpa. Y ayer Graham Stoker, José Abed y Kazunari Yamanashi se ocuparon de recordárselo a todos. La carrera japonesa estuvo plagada de incidencias y la mayoría tuvo como actores a los dos grandes contendientes en la lucha por el título mundial de F-1: Hamilton y el brasileño Felipe Massa. Ambos se tocaron, se echaron de la pista y acabaron siendo sancionados con un drive through (entrada y salida por el pit lane) antes de concluir la prueba.
Al final, Massa acabó octavo, pero se benefició de una penalización a Sebastien Bourdais y pasó al séptimo puesto de la clasificación. Así, arañó dos puntos a Hamilton, que concluyó 12º. El de Ferrari está a sólo cinco del de McLaren a falta de las dos últimas carreras, en Shanghai y São Paulo.
En 2007, Hamilton dilapidó su ventaja de 17 puntos en las últimas dos citas
"Si puedo ayudar a alguien, ayudaré a Massa", afirma Alonso
La ventaja de Hamilton sigue siendo notable. Pero sus antecedentes le agobian. Ahora todos recuerdan que el año pasado perdió el título después de tener una ventaja de 17 puntos sobre Raikkonen a esta misma altura del campeonato, es decir, a falta de dos carreras. La corona no está decidida, ni mucho menos. Y puede que haya terceros pilotos que intenten ayudar a Massa en las dos últimas citas porque Hamilton ha mantenido algunas actitudes tan agresivas en la pista que ha molestado a casi todos sus colegas. "Si puedo ayudar, ayudaré a Massa", afirmó ayer de forma categórica un Fernando Alonso que se mostró de acuerdo con la sanción a Hamilton. "No vi nada, pero estoy de acuerdo", dijo con acento socarrón.
Hamilton partió primero en la parrilla, pero la pole le sirvió de poco. En la misma salida arruinó todas sus posibilidades de victoria. Estuvo mucho más pendiente de lo que ocurría detrás que de afianzar su posición por sus propios méritos.
Su cabeza volvió a traicionarle, al igual que en 2007, cuando fue incapaz de afrontar la presión de asegurarse el título tanto en China -se salió de la pista cuando entraba en boxes- como en Brasil -se enmarañó en una lucha inútil con Alonso-. Esta vez miró el retrovisor y viró primero hacia la derecha para cerrar la trayectoria de Raikkonen y Kovalainen y después giró bruscamente hacia la izquierda hasta acabar echando de la pista a sus dos rivales y a Massa que llegaba lanzado desde atrás.
"Había superado a Alonso y Kovalainen, pero Hamilton frenó de golpe y me vi metido en un sandwich con coches por todos lados", explicó Massa; "no me quedó otro remedio que hacer un frenazo y tratar de salvar la situación lo mejor posible". A aquella maniobra inicial siguió una guerra sin cuartel entre Massa y Hamilton, con varios intentos de adelantamiento, que concluyó en la segunda vuelta cuando el brasileño se saltó una chicane al intentar adelantar a Hamilton y, al salir de ella, se echó frontalmente sobre el McLaren, que estaba concluyendo la curva. El toque lateral provocó un trompo del británico y le dejó prácticamente en la cola. Pero, al menos, ambos pudieron proseguir la carrera.
Las dos maniobras fueron sancionadas luego con un drive through, que los pilotos cumplieron en las vueltas 18ª y 19ª. Para ellos cualquier opción había concluido. La carrera la estaban decidiendo Alonso, Kubica y Raikkonen, puesto que Kovalainen había roto el motor en la 17ª, cuando iba tercero, por delante del finlandés. A los dos únicos pilotos que luchan por el título sólo les preocupaba ya la posibilidad de entrar en los puntos. Y en esta batalla la suerte se alió con Massa, que salió muy favorecido de los repostajes.
"Nos sorprendió la sanción a Hamilton porque hemos visto muchas maniobras similares que no han sido penalizadas", clamó Ron Dennis, patrón de McLaren. Todo parecía resuelto, cuando en la 50ª vuelta, tras salir del segundo repostaje, Bourdais tocó a Massa. Los comisarios establecieron que el francés de Toro Rosso había perjudicado al brasileño y le sancionaron con 25 segundos tras concluir la carrera. Bourdais había sido sexto, pero bajó al décimo puesto. Y Massa ascendió al séptimo lugar.
"Felipe es un peligro en la pista. No sabe pilotar. Hice todo lo posible para no tocarme con él y fue él quien se abalanzó sobre mí. ¿Qué iba a hacer? ¿Sacarle la alfombra roja y dejarle pasar? Me parece injusta y desproporcionada la sanción", se quejó Bourdais.
"Obviamente, no estoy contento con todo lo ocurrido", reflexionó Hamilton; "pero, al final, sólo he perdido dos puntos en relación con Massa. Por tanto, sigo siendo líder del Mundial. Hoy mismo me olvidaré de todo y pensaré sólo en las dos carreras que quedan. Mi objetivo es ganarlas". Es la quinta sanción para el británico en lo que va de campeonato. En Malaisia perdió cinco puestos en la formación de salida por haber obstaculizado a otros pilotos en la sesión de clasificación. En Canadá no respetó el semáforo rojo a la salida de los boxes y se llevó por delante a Raikkonen. En el Gran Premio de Francia se saltó una variante para adelantar a Raikkonen, al que luego dejó pasar.
"Lamentablemente, no he realizado una buena salida, pero pude coger el rebufo de Kimi e ir al interior. Luego, frené muy tarde, pero como hicieron todos los demás. Muchos coches se salieron de la calzada en la primera curva y yo un poco más que todos. Pero no se puede quitar la sanción ni cambiar el resultado", se justificó el piloto de McLaren.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.