Los ricos también pierden (y mucho)
Los patrimonios de las grandes fortunas españolas caen 33.000 millones en un año
Dice el refranero que las penas con pan son menos. Pero también duelen. Los grandes patrimonios españoles no son inmunes a la crisis y acumulan importantes minusvalías por sus acciones en Bolsa. El pasado 8 de noviembre de 2007 el Ibex 35 alcanzaba su máximo histórico (15.945 puntos). Hoy día las 25 participaciones bursátiles más importantes del parqué tenían un precio de mercado de 64.439 millones de euros. Un año después estas mismas acciones valen 31.460 millones menos.
La crisis de liquidez se ha llevado por delante tres años en la creación de riqueza de los más adinerados. Si hace 12 meses había en España 19 personas con un patrimonio en Bolsa superior a los mil millones hoy en día tan sólo permanecen en este selecto club 10 personas.
La crisis ha segado la fortuna lograda por estos inversores en tres años
El hombre más rico de España sigue siendo Amancio Ortega aunque su fortuna ha sufrido una importante corrección. Sus títulos en Inditex (tiene el 59% del capital) valen hoy 9.805 millones de euros, lo que supone 7.714 millones menos que un año antes. El mercado descuenta un escenario de recesión lo que congelaría el consumo algo básico para las cuentas del grupo textil. El resto de las inversiones bursátiles de Ortega no van mucho mejor y acarrean importantes minusvalías, especialmente en los casos de Banco Pastor y
Afirma (antigua Astroc).
La compra junto a Enel de Endesa empujó al alza la cotización de Acciona y con ella la fortuna de la familia Entrecanales que en 2007 superó en el ranking de grandes patrimonios a la familia Del Pino (Ferrovial). Sin embargo, el mercado ha castigado a las constructoras más endeudadas y se ha llevado por delante en un año 5.273 millones de valor de mercado de los Entrecanales.
Los dueños de Acciona siguen siendo la segunda fortuna española en Bolsa, pero el diferencial con la familia Del Pino se ha estrechado a pesar de que la participación de éstos en Ferrovial también ha caído en 2.761 millones. Las inversiones de los Del Pino en otras compañías cotizadas (
Acerinox, Gamesa, Indra, Pastor, Ebro Puleva y Dinamia) acumulan igualmente minusvalías pero en todos los casos menores a la acumulada por su 58% en Ferrovial.
El boom de la construcción destapó nuevas fortunas en los últimos años vinculadas al ladrillo. Sin embargo, con la misma rapidez que se cimentó su patrimonio se ha desmoronado. Entre estos ángeles caídos inmobiliarios destacan los casos de Enrique Bañuelos y Luis Portillo. El primero fundó Astroc y su participación en la constructora llegó a valer 4.500 millones (ocupó el puesto 95º en la lista de Forbes). Hoy en día se ha visto forzado a vender gran parte de sus títulos y los que aún conserva apenas valen 24 millones. En el caso de Portillo, cuya pequeña inmobiliaria (Inmocaral) se comió a Colonial, ha pasado lo mismo. Hace un año su participación valía 2.182 millones y hoy, tras ceder el control de la compañía, tiene un precio de mercado de 11 millones.
Entre los pocos que supieron salir a tiempo del negocio inmobiliario se encuentra Manuel Jove. El empresario gallego vendió Fadesa a Fernando Martín. Mientras la crisis ha forzado a su antigua compañía a presentar la mayor suspensión de pagos, Jove decidió diversificar su patrimonio en diferentes inversiones siendo la compra del 5% del BBVA su principal apuesta. De momento no se puede decir que haya sido un movimiento rentable: Jove compró acciones del banco antes del estallido de la crisis subprime a un precio de 18,70 euros y hoy día éstos sólo valen 9,35 euros.
Además del auge y caída del ladrillo, el tejido empresarial español ha vivido otro movimiento similar con las energías renovables. El ejemplo más claro de este proceso, la familia Díaz-Tejeiro. Hace un año su participación en Solaria, especializada en placas solares, valía 1.151 millones. Algunos cambios regulatorios y la caída del petróleo han dejado el valor de mercado de esas acciones en sólo 192 millones. -
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